Una mujer de 72 años encuentra el amor en un joven de 19 años al que conoció en el funeral de su hijo

Informativos Telecinco 15/01/2019 13:17

El amor puede aparecer en los lugares más insospechados. En el caso de Almeda Errell, ese lugar fue el funeral de su hijo en Tennessee (Estados Unidos), donde conoció hace dos años al que ahora es su marido.

Errell tiene 72 años y Gary Hardwick, 19. Sin embargo, eso no ha sido ni mucho menos un impedimento para iniciar una relación que, en sus propias palabras, "es un torbellino". Solo dos semanas después de verse por primera vez, el joven ya le ofreció un anillo.

"Cuando te encuentras con la persona perfecta, es cuando sabes que no quieres perder ese sentimiento", declara Errell a 'Daily Mail'.

Hasta el momento en el que se conocieron, ambos cargaban con un historial amoroso más bien amargo. Almeda había estado casada durante 43 años con un hombre con quien no mantuvo "ningún romance". Mientras que Gary acababa de salir de una ruptura con una mujer de 77 años con quien "no fue feliz".

Pese a adoración con la que se describen el uno al otro, la pareja decidió esperar y no fue hasta la noche de bodas cuando consumaron el matrimonio. A este respecto, ambos coinciden en una cosa: son unos "amantes maravillosos".

Gary, por su parte, tampoco titubea al reconocer que,en su caso, fue amor a primera vista: "Lo primero que me atrajo de Almeda fueron sus hermosos ojos azules y su personalidad. Ella siempre está llena de risas y nos conectamos muy bien. La química fue genial".

Todo comenzó en el funeral del hijo de Errell. Hardwick se acercó a presentar sus condolencias a la afectada y, desde entonces, no pudo dejar de pensar en aquel joven desconocido. No fue hasta varios meses más tarde cuando volvieron a coincidir en una fiesta de cumpleaños y dieron comienzo a su relación.

A pesar de declararse "felizmente casados", la pareja admite que su relación no fue aceptada por toda su familia. Aunque ese detalle no ha supuesto un impedimento.

Ambos admiten que, después de dos años, lo único que los diferencia son esos 53 años entre medias: "Sabía que él era con quien quería pasar mi vida. Nunca fui intimidada por la edad en absoluto".