Sarah se encontraba a dieta y realizaba ejercicio diario para mantener su figura, pero su tripa iba aumentando cada más y más, incluso parecía que se encontraba embarazada por el gran volumen que había adquirido.
Tras ver que la dieta y el ejercicio no daban resultado, pensó que podía ser intolerante a la leche y el pan, así que decidió eliminarlo de su dieta, algo que tampoco le dio resultado.
Un día mientras se encontraba en el gimnasio realizando deporte, notó que algo no iba bien y acudió al médico, donde le atendieron de urgencias porque le había estallado el quiste ovárico, causante del aumento de tripa.
Según afirma Fox News, tras tres horas de operación, los médicos del hospital de Derby, Inglaterra, le quitaron un quiste ovárico gigante que pesaba casi 10 kilos.
En declaraciones de Sarah, afirmaba que “sabía que lo que tenía estaba afectando mi apetito. En los cinco días previos a la cirugía no era capaz de probar bocado sin ponerme mala. Mi estómago estaba muy apretado y tenía mucha presión”
“Los médicos me han dicho que tendré dificultades para tener hijos sin el ovario izquierdo, pero no voy a tener hijos de todas maneras. Estoy muy aliviada de que todo haya terminado”