Colapsado el tráfico aéreo en Europa a causa de las cenizas expulsadas por el volcán de Islandia , lo que más interesa a compañías y viajeros es saber cuando se podrá volar con normalidad. José Luis Barrera, vicepresidente del colegio de geólogos, ha explicado que no hay datos que determinen cuanto puede durar esta nube. Si ha comentado que "dispersar una nube de estas dimensiones lleva mucho tiempo y sus efectos atmosféricos pueden durar seis meses, aunque cada vez más debilitados y sin causar problemas a la navegación aérea".
Barrera ha asegurado que la nube de cenizas "no nos queda lejos" y que perfectamente podría llegar a España. "Tal como está la dirección del viento, el frente de la nube ya está cerca de París y puede que roce los Pirineos orientales y se quede marcado en la nieve".
En cambio desde la Agencia Estatal de Meteorología (AEMT) opinan que la nube se quedará en tierras galas porque en la Península Ibérica sopla viento de sur y suroeste que "no permitirán" que lleguen las cenizas.
La ceniza que sobrevuela Europa no solo puede causar problemas a los aviones. También a las personas. "Parte de esa ceniza arrastra gases peligrosos para el organismo como compuestos de azufre y en las zonas cercanas es recomendable llevar mascarilla", ha comentado el geólogo, porque "las partículas de vidrio son casi microscópicas e ingeridas por la población".
Además, las partículas de vidrio volcánico que lleva la nube se meten en los motores y pueden pararlos y erosionan todo el fuselaje y las alas del avión, ha explicado Barrera. La visibilidad también se ve afectada en zonas cercanas a la nube.
A pesar de lo sorprendente que resulta el caos que vive Europa, Barrera ha señalado que no es la primera vez que un volcán cierrra el espacio aéreo. Ya ocurrió en Filipinas con la erupción del Pinatubo en 1991 y en el norte de EEUU en 1980 con el Santa Elena.
EBP