La presión vecinal ha conseguido echar a una familia de okupas de una casa de Tarragona. Dejaron de pagar el alquiler hace dos años obligando a los dueños de la casa, un hombre y su hijo con discapacidad, a vivir en su coche a pesar de haber recurrido a la justicia. Hoy han podido regresar a su vivienda. Los ocupantes la han dejado destrozada.
Los dueños llevaban dos años viviendo en un coche. Sobrevivían como podían gracias a sus amigos, vecinos y a los servicios sociales que les daba la comida. Francisco y su hijo con discapacidad intelectual estaban en la calle porque su vivienda llevaba 4 años okupada.
La familia a la que alquilaron el piso dejó de pagar a los dos meses y tras fallecer su madre y perder también su piso, se quedaron en la calle. Una situación que indignaba a los vecinos. Por eso ayer dijeron basta. Organizaron una concentración delante del domicilio que acabó convirtiéndose en una auténtica revuelta.
Les cortaron la luz, les tiraron huevos e intentaron entrar en el piso. Los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra tuvieron que intervenir para evitar incidentes. Los okupas sufrieron una crisis de ansiedad y decidieron hacer las maletas.