Con el frío, las orugas de la procesionaria incuban en las ramas de los pinos: es el momento de combatirlas

  • Se trata de una plaga cada vez más agresiva

  • Las administraciones aplican tratamientos selvícolas en estas fechas

  • Con las altas temperaturas, las orugas procesionan hacia la tierra

Aún no son visibles ni peligrosas, pero las orugas de la procesionaria están incubando en las ramas de los pinos. Ahora, cuando son más vulnerables, es el momento para combatirlas. Las administraciones aplican sus tratamientos selvícolas en estas fechas.

Lo hacen una vez al año para evitar que se conviertan en una plaga, cada vez más agresiva, por la desaparición de algunas aves y por el cambio climático. Durante el frío del invierno, se resguardan, pero con las altas temperaturas, las orugas procesionan hacia la tierra y es cuando el problema se extiende a humanos y a animales domésticos.

Por eso, un control de la procesionaria a tiempo, como el que se hace en estos momentos, es fundamental para evitar males mayores.