El padre de Julen se destrozó las manos al intentar evitar que su hijo se hundiera en el pozo

telecinco.es 25/01/2019 14:18

Desolado. Un hombre hundido ha salido a dar las gracias a todos los trabajadores que están luchando día y noche para encontrar a su pequeño Julen. Un padre que en el día de ayer, desesperado, gritaba a toda España que no se estaba haciendo lo suficiente, que pedía medios para rescatar a su hijo porque cada minuto cuenta, cada segundo.

Un padre que, según su círculo más íntimo, tiene las manos destrozadas de escarbar en la tierra para intentar sacar a su hijo, un padre que vio cómo a escasos metros de donde él se encontraba su hijo caía por un pozo con los brazos hacia arriba. Aunque se tiró al suelo en un intento desesperado por salvar a su hijo solo fue capaz de tocar sus dedos.

Ese padre ha dado hoy las gracias a toda España y ha dejado claro que confía en que su hijo siga vivo aunque reconozca que su fe se basa en tener un ángel en el cielo, el hermano de Julen, confiado como ayer mismo decía también la madre del pequeño en que le guarde, le de ese aliento que necesita para convertirse en un niño milagro. Un pequeño gramo de esperanza supone que el padre oyera llorar al pequeño tras la caída, aun que los expertos indican que estamos ante uno de los rescates más difíciles de la historia. La esperanza es que en la zona donde se encuentra el niño haya oxígeno.

Los míticos rescatadores de los 33 mineros chilenos también están ayudando en el rescate que ha provocado una de las mayores olas de solidaridad que se recuerdan. Múltiples brigadas de la Guardia Civil, bomberos, ingenieros, técnicos y especialistas en geología, la brigada de Salvamento Minero dependiente del Principado de Asturias, empresas especializadas en excavaciones, limpieza y exploración de pozos y galerías, junto a un enorme conglomerado de organismos, compañías y administraciones colaboradoras se han volcado para ayudar al rescate de Julen, el pequeño de dos años desaparecido en Totalán. Sin descanso y contra reloj, todos trabajan al unísono para abordar la forma más segura de dar con el pequeño.