“El pan ayuda en procesos de adelgazamiento”

Informativos Telecinco 20/10/2018 08:30

“Nos enfrentamos a la comida como un premio, como una relación social, no como un aporte calórico. Va más allá de la parte nutritiva y se meten en la parte psicosocial”, indica María del Valle de la Orden, psicóloga con formación en Dietética y Nutrición. Por eso, explica, “no hay ningún alimento que engorde y ninguno que adelgace”. Y añade que, “en función del gasto calórico de una persona, el aporte será excesivo, suficiente o insuficiente”, y esto es lo que ocurre con el pan.

El pan debe consumirse diariamente y la cantidad recomendada, dependiendo de la estructura del individuo y del gasto calórico, la horquilla estaría entre 250 – 400 gramos diarios. En procesos de adelgazamiento, lo recomendado son 150 gramos. Su contenido de hidratos de carbono, 52 gramos en 100 gramos, es fundamental para el organismo, además de aportar fibra y ser muy digestivo.

“La ingesta de pan debería hacerse por la mañana. Por la noche no se produce gasto calórico y las calorías se convierten en reserva calórica del cuerpo porque estamos programados genéticamente para reservarla. Las horas nocturnas son horas en las que ya no se produce gasto calórico”, explica María del Valle de la Orden.

“Si el pan se come por la mañana, incluso ayuda en procesos de adelgazamiento porque aporta la energía suficiente para que no se produzcan picos de hipoglucemia, en los que se come lo que sea, y se puede llegar a la cena con menos hambre”, indica la psicóloga.

Falsos mitos

Además de la falsa creencia de que el pan engorda, también es un dicho popular que la miga engorda más que la corteza. Lo desmiente María del Valle de la Orden: “No hay diferencia calórica entre miga y corteza”. La única diferencia es que la corteza contiene menos cantidad de agua, pero ambas contienen las mismas nutrientes.

Tampoco engorda más el pan blanco que el integral. La diferencia entre ambos está en la cantidad de fibra, mucho mayor en el integral. Tampoco los panes con aceitunas, pasas o nueces engordan más, aunque sí incrementan el nivel calórico y nutricional y de grasas buenas.

La psicóloga recuerda que “en el sentido común y el equilibrio está la clave” de una dieta sana.