Protocolo antisuicidio para Adriana, la presunta parricida de Logroño: dos presas la vigilarán las 24 horas

  • Ha pedido que la visitan y ha llamado por teléfono a su hermana

  • Adriana quería inseminarse y nunca superó su divorcio, según el entorno más cercano

  • La presunta parricida sigue sin reconocer que haya acabado con la vida de su hija

Adriana, la madre de la niña de cinco años hallada muerta el lunes en la habitación de un hotel en Logroño y para la que el juez decretó su ingreso en prisión, permanece en la cárcel riojana sometida a un protocolo antisuicidios, por lo que cuenta con la vigilancia adicional de dos internas de apoyo. Su hermana Daniela ha hablado con ella y ha reconocido que la ha pedido ropa y que nunca la va a abandonar, según ha relatado al programa Ya es Mediodía. La hermana ha negado que su hermana tuviera problemas psicológicos aunque el entorno más cercano reconoce que nunca superó su separación y que había pensado hasta en inseminarse.

Fuentes penitenciarias han señalado que tras cumplir con los trámites habituales de un ingreso en prisión como lo son la toma de identidad y huellas o la revisión médica, la mujer quedó ingresada en el módulo de mujeres de la cárcel de Logroño.

Como primera medida y a falta de que el personal sanitario de prisión la someta a un análisis psicológico completo, los responsables del centro penitenciario han acordado poner en marcha el protocolo antisuicidios, lo que significa que la interna con medidas de vigilancias adicionales. De hecho, dos reclusas consideradas de confianza para la prisión están junto a la madre de la niña las 24 horas del día.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Logroño decretó ayer jueves prisión incondicional para la mujer, de 35 años, como presunta autora de un delito de homicidio de su hija de 5 años.

La Policía Nacional, a las 9:30 horas del lunes, encontró a la madre sentada en el alféizar de la ventana de la habitación del hotel con algunos cortes y a la niña muerta sobre la cama, sin que presentara signos externos de violencia.

Al día siguiente apareció ahogada en el río Ebro la abuela materna, de 56 años, quien había pasado parte del domingo con su nieta e hija y que no se había registrado en el hotel con estas dos últimas.