"Durante un año y medio mi hija Patricia Aguilar ha sido víctima de una secta destructiva. Fue captada cuando tan solo era una adolescente mediante las redes sociales. No importaron los 10.000 kilómetros que la separaban de su captador, él supo manipularla hasta que consiguió que lo abandonara todo (familia, estudios, país) sin decir nada a nadie, para unirse a la secta que estaba formado el Príncipe Gurdjieff". Así comienza Alberto Aguilar la carta con la que pide firmas en Change.org para que el Gobierno legisle contra las sectas.
Patricia Aguilar dejó su casa con unos pocos cientos de euros en el bolsillo nada más cumplir los 18 años. Desde entonces, su familia, especialmente su padre, han vivido con el único propósito de que su niña volviera a casa. Y por fin, lo logaron este verano cuando Félix Steven Manrique, el autodenominado Príncipe Gurdjieff, fue detenido en la selva peruana y la alicantina y otras mujeres liberadas.
En ese tiempo Patricia Aguilar había tenido un bebé con el líder de la secta. Vivían aislada en una cabaña en medio de la selva, casi como un animal, junto a su bebé y varios niños más, hijos del Príncipe Gurdjieff y sus otras víctimas, entre ellas la que era oficialmente su mujer.
“Es necesario que existan campañas de concienciación y prevención en colegios e institutos. También que exista un observatorio de especialistas y expertos que puedan elaborar informes sobre las sectas que están activas y se les haga un seguimiento. Necesitamos que los cuerpos de seguridad tengan la formación necesaria en este campo y se les proporcionen herramientas y protocolos de actuación", recoge el texto de este padre que ya tiene cientos de firmas.
"Ahora mismo, mientras lees esta petición, hay personas como tú y yo, atrapadas bajo el yugo de alguna secta. Nadie las busca, nadie las rescatará porque son mayores de edad y la justicia entiende que es su decisión vivir así. No podemos permitir que un ser humano abuse de otro. Nadie elige voluntariamente recibir golpes e insultos, humillaciones, abusos sexuales, ser esclavo de otra persona... Detrás de estos comportamientos, suele haber un abusador que, mediante la manipulación psicológica, pretende sacar un beneficio personal de la situación", prosigue.
Hoy Patricia Aguilar y su bebé están en su casa de Alicante con su bebé, del que disfrutan ella y sus padres. Felix Steven Manrique está detenido en Perú acusado de trata de seres humanos.