Russell Bishop, un pedófilo que cumplía condena, ha sido declarado culpable de uno de los crímenes que conmocionaron el Reino Unido y que llevaba 32 años sin resolverse.
En octubre de 1986, Karen Hadaway y Nicola Fellows, dos niñas de 9 años de edad, fueron agredidas sexualmente y estranguladas. Los cuerpos de las menores fueron hallados en el bosque cercano de la localidad en la que vivían, Moulsecoomb, pero nunca pudieron encontrar al autor de semejante atrocidad, pese al esfuerzo de las autoridades que estuvo meses investigando sin descanso. El caso nunca había sido cerrado y se había convertido en la investigación más grande y de mayor duración en la historia de la policía de Sussex.
En 1987 se produjo un nuevo juicio contra Russell, pero fue absuelto por falta de pruebas. Gracias a los avances tecnológicos forenses, recientemente se incluyeron pruebas de ADN que vincularon Russell con una sudadera que se encontró en la escena del crimen, y ha sido finalmente condenado.
La madre de Karen, Michelle Hadaway, aseguraba a The Guardian sentirse aliviada después de tantos años: “el tiempo se paró para nosotros en 1986, nuestras niñas siempre tendrán 9 años de edad. No crecerán nunca…lo que la gente como Bishop hace a la familia de las víctimas es matarlas en vida”
La familia de Fellows explicó que la sentencia “no les devolverá a Nicola y Karen, pero sabemos que otros niños hora estarán a salvo de las manos de Russell Bishop”