El plástico, la gran amenaza de las tortugas

  • La ingesta de microplásticos hace que aumente su flotabilidad

Las campañas contra la utilización del plástico luchan para evitar la imagen de animales atrapados o conviviendo con un ecosistema destrozado por el ser humano. En los últimos días en muchos lugares de la costa española se ha repetido una imagen: la de salvar a los animales marinos de la invasión del plástico. A pesar de las campañas, siguen apareciendo torturas atrapadas por el plástico, por ejemplo, en Mazarrón (Murcia) o en las playas de Lanzarote.

En las imágenes pueden ver como varios jóvenes liberan a una tortuga y la vuelven a soltar al mar. Tijera en mano intentan liberarla, la aleta está enredada por completo en la red de pesca y en una botella de plástico.Echan un poco de agua para rebajar la temperatura de su caparazón y, uno a uno, los jóvenes van cortando el nailon hasta que la tortuga puede volver al mar. Sin embargo, no todos los animales tienen la misma suerte a la hora de encontrarse con los plásticos: otra tortuga, esta vez en Valencia, no podrá ser puesta en libertad porque el plástico le ha amputado parte de su aleta.

Pero el peligro no se queda ahí, las tortugas también ingieren plásticos al confundirlos con comida. Este hecho, hace que aumente su flotabilidad y al estar más cerca de la superficie son más vulnerables.En Mazarrón, otra tortuga había comido un metro de sedal y era incapaz de sumergirse a pesar de la ayuda de los operarios de Cruz Roja.

Los científicos han detectado que los micropláticos que llegan a la arena hacen que suba la temperatura, cuando las tortugas desovan tienen más huevos hembra, lo que es otra importante alteración del ecosistema por culpa del plástico.