Estos narcotraficantes sorprendieron a la policía con su método para esconder la droga. Hace unos días los agentes se vieron obligados a picar piedras a martillazos para sacar de su interior la cocaína.
Hoy los responsables de la operación nos enseñan las rocas incautadas y nos dan todos los detalles de este nuevo sistema de ocultación que ha suscitado el interés policial a nivel mundial.
785 paquetes de cocaína de más de un kilo cada uno. Cada paquete estaba camuflado en una roca. No son rocas de verdad, son manufacturadas, el aspecto envejecido lo conseguían cubriéndolas de polvo de cobre.
"El sistema es tan novedoso, tan peculiar y tan llamativo que pasa inadvertido a todos los controles", nos cuenta Gabriel Sánchez, inspector jefe de la sección de estupefacientes. Ni los perros ni los escáneres del puerto detectaron la droga, pero la policía llevaba un año y medio siguiendo muy de cerca a los dueños de tanta piedra, un matrimonio de venezolanos que vivía a todo tren sin trabajar, y que organizaban los envíos a través de su empresa tapadera.
"Tuvimos que romper 288 kilos, en casi tres días, con mazas", comenta el inspector, recalcando lo duro que fue el proceso.
El precio de la droga incautada habría alcanzado los 475 millones de euros.