Qué es un preso sombra: los asesinos más mediáticos tienen uno

Esperanza Buitrago 18/03/2019 13:59

Los internos de apoyo son reclusos especialmente seleccionados y entrenados para acompañar a los presos incluidos en el programa de prevención de suicidios. Estas personas se encargan de “orientar al nuevo interno en cómo funciona la cárcel, le acompaña y sabe escuchar y observar”, nos explican desde Instituciones Penitenciarias.

Los internos de apoyo son reclusos especialmente seleccionados y entrenados para acompañar a los presos incluidos en el programa de prevención de suicidios. Estas personas se encargan de “orientar al nuevo interno en cómo funciona la cárcel, le acompaña y sabe escuchar y observar”, nos explican desde Instituciones Penitenciarias.

El interno de apoyo o preso sombra es elegido por un equipo técnico de profesionales como psicólogos, médicos, educadores… Además, deben hacer un curso en el que le enseñan cuál es su papel al lado del preso que debe acompañar. Suelen compartir celda con el preso que deben vigilar y muchas veces están con él las 24 horas, aunque eso debe determinarlo el equipo de experto en función de las necesidades del nuevo preso.

¿Quién puede ser preso sombra?

Es gente “madura, sensata y reflexiva”, comentan fuentes penitenciarias. Además, deben tener una situación estable en el Centro, es decir, que no esté previsto su traslado. Lo ideal es que reste al menos un año para la fecha previsible de libertad y no deben tener sanciones sin cancelar, además de carecer de antecedentes de autolesiones o de enfermedad mental grave. Tampoco pueden ser consumidores de drogas.

Los presos sombra no reciben ningún beneficio penitenciario por participar en este programa. Aunque si “se valora su actuación y compromiso”, nos recalcan desde Instituciones Penitenciarias.

Los presuntos parricidas de Godella, en la cárcel de Picassent tras la muerte de sus hijos, de cinco meses y cuatro años, tienen asignados un preso sombra. Este se asigna al nuevo interno durante su ingreso en la prisión, momento en el que pasan por la correspondiente valoración psicológica de los técnicos de la prisión.

Ellos no son los únicos presos mediáticos que han contado con un interno de apoyo. Lo tuvo Miguel Carcaño, asesino confeso de Marta del Castillo, o José Bretón condenado a 40 años de cárcel por matar a sus hijos. También Ana Julia Quezada, asesina confesa de Gabriel Cruz, el niño de Almería.