Mariana Bazza, una joven estudiante brasileña de 19 años, fue encontrada muerta el pasado miércoles en una plantación de caña de azúcar en el estado de Sao Paulo (Brasil). El sospechoso principal de 37 años, Rodrigo Alves Pereira, le ayudó a cambiar un neumático antes de ser secuestrada. Alves Pereira tiene condenas previas y antecedentes por violación y otros delitos.
La joven salió del gimnasio el martes, grabaciones de una cámara de seguridad mostraron cómo el sospechoso se acercó a la joven como "buen samaritano" para ayudarle a cambiar un neumático. La Policía cree que Alves Pereira pinchó deliberadamente la llanta para acercarse a la joven.
Bazza hizo una foto del sujeto mientras cambiaba el neumático para enviársela a su novio, de esta forma las autoridades pudieron establecer la identidad del sospechoso y buscarle. Alves, que había salido de la cárcel hace un mes por condenas de robo, intento de asesinato, extorsión y violación, se encontraba escondido en un tejado.
Tras la detención, el sospechoso confesó la autoría del crimen y detalló el lugar en el que encontrar el cuerpo aunque ante el juez admitió haber sido obligado por los oficiales a confesar por la fuerza. Añadió, que en el crimen había participado una segunda persona aunque la policía, pese a no descartarla, la ha calificado de "fantasiosa" ante las abrumadoras pruebas contra el exconvicto.
Se ha dictado prisión preventina y la autopsia revelará si la víctima fue objeto de agresión sexual después de encontrar su cuerpo amordazado y con las manos atadas.