A prisión el hombre que propinó una brutal paliza a un policía en un autobús de Zaragoza

  • Agredió brutalmente a un inspector que le recriminó que no llevara la mascarilla

  • Se le imputa un delito de atentado contra la autoridad y otro de lesiones

  • Su abogado equiparó la agresión a cualquiera que se produce en la "puerta de un bar"

La titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza ha ordenado el ingreso en prisión del hombre de 29 años arrestado hace dos días en Alicante como presunto autor de la agresión a un inspector de Policía en el interior de un autobús urbano en Zaragoza. Se le imputa un delito de atentado contra la autoridad y otro de lesiones a un inspector de Policía, según informa 'Heraldo de Aragón'.

El individuo, identificado como Bilal B. y de nacionalidad marroquí, está acusado de la agresión acaecida el pasado domingo 17 de octubre, cuando presuntamente apalizó a un inspector de Policía fuera de servicio, que le recriminó que no llevara puesta la mascarilla en el transporte público. Tras la agresión, el detenido se dio a la fuga. De hecho, fue capturado cuando se subía a un coche para tratar de huir a Italia.

El policía, como otros pasajeros, pidió al viajero que se pusiera la mascarilla, lo que provocó la violenta reacción del agresor. A los insultos y gritos le siguió una serie de patadas y puñetazos que causaron al inspector un importante derrame ocular y múltiples contusiones que le mantienen de baja.

Expulsado del espacio Schengen por un delito en Noruega

La letrada explicó que el imputado reconoce que agredió al policía aunque atribuye su violenta reacción a que iba “borracho” y a que hubo un incidente previo con el policía, aunque no recoge esa acción en el vídeo que se ha hecho viral. Por este motivo, el abogado defensor de Bilal M. ha solicitado a la magistrada que pida las grabaciones del interior del autobús.

El individuo no solo ha sido juzgado este miércoles por dicha agresión, sino también por un supuesto robo que llevó a cabo en Ibiza. Además, en su historial consta que está expulsado del espacio Schengen por otro presunto delito cometido en Noruega.

Su abogado no cree que cometiera un delito de atentado y equipara la agresión a cualquiera que se produce en la “puerta de un bar”. Por eso ha pedido su puesta en libertad con medidas cautelares, como una fianza, la retirada del pasaporte y la presentación en el juzgado cuando se considere necesario. Pero finalmente, se ha optado por enviarlo a prisión provisional.