El rescate imposible de Julen: Los mineros abandonan el pozo ante un nuevo impedimento

telecinco.es 23/01/2019 17:41

La solución pasa ahora reducir el grosor de los últimos tubos. Por el momento, se retrasa la fase en la que los mineros excavarán a mano el túnel horizontal. La familia de Julen está poco a poco perdiendo la fe y muestra ya desánimo y su cansancio. Unos estados de ánimo compartidos en un pueblo, Totalán, que ha hecho suya la historia del pequeño. No es para menos porque las desdichas parece que se han cebado con una familia que ya ha visto cómo perdía a un hijo de forma repentina.

Ahora, en una cuenta atrás insufrible, son testigos de cómo los esfuerzos inhumanos de más de 300 personas se ven constantemente interrumpidos por una madre naturaleza que parece ahora infranqueable pese a todos los medios. La historia se repite, es lo que tiene trabajar a ciegas. Como ya ocurrió ayer, cuando se detectó un saliente parecido a 42 metros, los trabajos se han visto frenados por las irregularidades de las paredes y la dureza de la roca. Ahora el saliente que dificulta las tareas e impide a los mineros actuar está a 50 metros. Y aún queda llegar a los 60. Si el tiempo que se estimaba que los mineros debían permanecer por turnos eran de 24 horas, ya nadie se atreve a decir cuándo empezarán a trabajar.

La idea ahora es recortar los tubos más bajos del encamisado de manera que puedan encajar en la base del pozo vertical y salvar así el nuevo saliente de tierra que impedía rematar el túnel de rescate. "Ya trabajan directamente sobre el entubado rebajando el diámetro en el tramo final del cilindro, que tiene que apoyarse sobre el fondo de ese pozo vertical", ha confirmado la Subdelegación del Gobierno en Málaga.

Todas estas noticias están impactando de forma notable en el ánimo de la familia. Israel es uno de los tíos del pequeño y reconoce que la familia ya no tiene fuerzas ni para hablar. "Estamos todos al límite". La realidad es que no se ve ya hoy a los padres de Julen dar paseos alrededor de la casa que una vecina les ha dejado para que la espera sea menos dura. No hay tampoco abrazos de ánimo fuera de la casa. Está muy mal, es lo que dice la gente que está viviendo esta situación de cerca. De hecho, los vecinos de Málaga,que ya sienten a Julen como propia solo hablan ya desde la congoja.

En El Palo llevan ya once días sin leer buenas noticias. Demasiados días de incertidumbre para un barrio que ya no sabe hablar de otra cosa. El rescate está presente en todas las conversaciones. Y todas en unos términos que acompañan con las caras de tristeza. "Esto es un sinvivir, estamos muy preocupados, esto es una agonía continua sobretodo para los pobres padres", son las que más se oyen. Eso y muestras de apoyo y gratitud para los que están dejándose la piel pese a las trabas constantes.

Los esfuerzos seguirán hasta el fin, pero la esperanza de desvanece. Más que nunca hace falta un milagro, ese que pidió el padre de Julen desde el primer día.

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