Funeral por Rubén y David, víctimas de la explosión de gas en Madrid: "Se les ha abierto el cielo"

  • Rubén era sacerdote de la parroquia de La Paloma y David un feligrés que había ido a ayudar

  • David tenía 4 hijos, era electricista y desde hacía cuatro años trabajaba en el metro

  • El cardenal Carlos Osoro ha hecho un responso en la misa oficiada por el hermano de Rubén, también sacerdote

Los restos mortales del sacerdote Rubén Pérez Ayala y de David Santos, feligrés de la parroquia de La Virgen de la Paloma de Madrid han sido velados este jueves en la iglesia de Santa Catalina Laboure, situada en la calle Calle Arroyo de Opañel 29.

Los dos fallecieron tras una explosión en un edificio que pertenece a la parroquia, ubicado en la calle Toledo 98, en pleno centro de la capital. Sucedió este miércoles a las tres de la tarde, al parecer por una fuga de gas. Las cuatro plantas superiores han quedado destrozadas y los inmuebles colindantes han registrado grandes daños materiales.

A las 20:30 horas ha comenzado una misa funeral en su memoria, en la más estricta intimidad familiar. Han acudido familiares, allegados y representantes de la comunidades a las que pertenecían, con mascarillas y manteniendo las distancias de seguridad.

Los féretros han entrado en el templo en brazos de sus allegados. El acto se ha retrasmitido en directo por el canal de YouTube de la parroquia Virgen de la Paloma, y ha sido seguido por más de 14.500 espectadores.

Ha estado oficiado por Pablo Pérez Ayala - el hermano de Rubén y también sacerdote-. Le dió la unción de los enfermos antes de morir y ha mostrado una gran entereza en todo momento: "Vivía en el quinto piso y esta es su Biblia. Salió volando por los aires tras la explosión", ha dicho mostrando el ejemplar, al inicio. También ha elegido algunas lecturas con Sara, la esposa de David. La primera, la del día de su boda.

El Cardenal Carlos Osoro Sierra ha hecho un responso al principio. Confirió el sacramento el Orden al Padre Rubén el pasado mes de junio, tras formarse en el seminario Redemptoris Mater de Madrid. "Cuida señor con misericordia a tu siervo Rubén, que mientras presidía en tu nombre la sabiduría de los cielos llevaba estas vestiduras de fiesta", ha dicho refieriendose a él.

"Que nuestro hermano -el presbítero que tuvo en este mundo la misión de anunciarnos el Evangelio de Cristo- goce ahora contemplando cara a cara aquella misma verdad que, ya cuando vivía en la luz limitada de este mundo vislumbró, en la palabra de Dios y nos predicó con fe", ha añadido.

Dirigiendose a los padres, hermanos, esposa e hijos de los difuntos por sus nombres, el arzobispo de Madrid ha planteado: "¿Es Dios un monstruo?, ¿esto está bien?, ¿tiene sentido que un presbítero a los seis meses de su ordenación fallezca?, ¿tiene sentido que un padre de cuatro niños joven fallezca?, que se vean sus vidas truncadas, ¿esto tiene sentido?.¿Seréis consolados?. ¿Es posible el consuelo?. El señor vino a la tierra y dijo: estos chicos están muy mal y se manifestó a nosotros, su palabra, que es Jesucristo. Fue muerto y resucitado. Se les ha abierto el cielo a David y a Rubén, que están al lado del señor. ¿Pero hay consuelo para las familias?. ¿Será posible que digamos que Dios no es un monstruo?. Ya os digo yo que no lo es", ha afirmado.

David Santos

David Santos tenía 35 años y era padre de cuatro hijos. El mayor de nueve años ha estado presente, tranquilo en todo momento. Tres estudian en el colegio Sagrados Corazones y el menor es un bebé. La dirección del centro ha lamentado su muerte y ha dado el pésame con un comunicado difundido en Instagram.

Un amigo de David también ha enviado un escrito a los medios de comunicación. Señala: "David era electricista aunque hacía cuatro años que no ejercía esta profesión. Trabaja en metro de Madrid arreglando trenes, y hace apenas un mes, contrató los servicios de un técnico porque su propia caldera no calentaba los radiadores, por lo que dudo mucho que el meta mano a la caldera que ha explotado". Todos están consternados con lo ocurrido.

David acudía frecuentemente a la parroquia con su familia. En el colegio recuerdan al matrimonio siempre con una sonrisa. "Acudió a la llamada de su amigo el párroco porque pedía ayuda, ya que no funcionaba la calefacción. Yo que le conozco de primera mano, sé que no es tonto, y que si llegó y olía a gas, seguramente lo primero que trató fue cerrar la llave del gas", manifestaba este amigo, que también lo ha difundido por los grupos de Whatsapp, en apoyo a su viuda y sus hijos y "con la intención de evitarles cargar con esa culpa".

Rubén

El sacerdote, de 36 años, resultó herido muy grave en la explosión y fue trasladado al hospital La Paz, donde falleció de madrugada. Tenía quemaduras internas muy graves y según la autopsia, presentaba una mancha de covid en un pulmón.

Estaba en cuarentena, tras haber mantenido contacto estrecho con un positivo. Sobre su féretro han colocado hojas de palma, "símbolo de haber profesado una vida religiosa", según ha explicado su hermano.

Todo apunta a que la explosión se debió a un embolsamiento de gas provocado por una fuga de varias horas. Un chispazo o la llama al encender la caldera pudo ser el detonante. Había pasado todas las revisiones, la última hace un año.

4 personas han muerto y 10 han resultado heridas en esta explosión. Agentes de la policía científica están realizando ahora una inspección ocular con las imágenes que han tomado los drones desde el aire.

Los entierros serán este viernes también en la intimidad familiar, en un funeral diocesano presidido por el arzobispo.

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