Un ciudadano encontró el 5 de enero un fragmento orgánico en una playa del litoral este de Lanzarote, que posteriormente depositó en un contenedor cercano de residuos sólidos. El 15 de enero, tras hacerse pública la desaparición de Romina Nuñez, informó del hallazgo a la Guardia Civil .
Los agentes encargados de la investigación comenzaron las gestiones oportunas para la localización y comprobación de la información brindada por el ciudadano, encontrando un contenedor que fue trasladado al Puesto Principal de Costa Teguise, donde registraron "minuciosamente cada bolsa o restos depositados en el mismo, encontrando una bolsa con los restos orgánicos en cuestión", según informó la Guardia Civil en un comunicado.
Los investigadores remitieron la bolsa con los restos orgánicos al forense de los Juzgados de Arrecife con el fin de que se acredite su naturaleza humana o animal, de tal forma que si se trata de un resto humano "se realizará, si es posible, el correspondiente cotejo de ADN para descartar o confirmar su origen".
Romina Nuñez, desapareció el pasado el 31 de diciembre de 2018 y su marido denunció a las autoridades varios días después. El hombre, actualmente detenido como único sospechoso de la muerte de la joven de 25 años, aseguró que la encontró muerta y por temor a ser acusado troceó el cuerpo arrojándolo al mar.
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