La modelo de tallas grandes decidió cambiar sus hábitos cuando, al ir a embarcar en un avión, los operadores le pidieron que comprara uno más, porque sus caderas no iban a entrar en uno. Según explica para el diario ‘The Mirror’, algunas de las personas de la cola reprendieron al trabajador y otros se echaron a reír…aunque ella solo pudo echarse a llorar.
A partir de ese momento, decidió perder peso y comenzó una estricta rutina basada en ejercicio y dieta que le ayudó a perder 44 kilos. También se sometió a una operación para que le introdujeran un balón gástrico que le ayudó a alcanzar el peso deseado.
Sin embargo, esta no fue la última operación que se hizo, ya que además tuvo que retirarse 9 kilos de exceso de piel. Para ella, el esfuerzo ha merecido la pena, no por tener una talla 38, sino por sentirse saludable y en forma.