María Nilza Simoes convencida de que su esposo la engañaba pensó en deshacerse de su rival. Para ello contrató a un ex presidiario que por 1.000 dólares la iba a librar de sus preocupaciones y de sus cuernos.
Sin embargo, las cosas no salieron cómo ella pensaba. El asesino a sueldo Carlos Roberto de Jesús encontró a su víctima y descubrió que era una vieja conocía, así que le perdonó la vida.
Como el asesino arrepentido quería quedarse con el dinero decidió fingir que había cumplido su cometido. Montó una escena bien coloreada con ketchup, un machete y la supuesta muerta con la boca vendada. Para completar dejó constancia con una foto que envió a la mujer que le encargó el homicidio, según publica . O'Globo
Maria Nilza Simoes no se dió cuenta del montaje y creyó que el encargo había sido cumplido. Sin embargo, días después sorprendió besándose en un lugar público a la supuesta asesinada con su supuesto asesino.
La historia rocambolesca ha salido a la luz, porque Nilza Simoes denunció al asesino a sueldo por estafa. Con sus antecedentes, la policía no tardó en detenerlo y el hombre le contó lo ocurrido. Ambos, la esposa en busca de venganza y el sicario fueron puestos en libertad por no haber consumado el asesinato.