Jinetes tras la tormenta. El oleaje de los temporales, y el buen tiempo, llenan de surfistas las playas de Cádiz.

  • Muchos surfistas aprovechan la Navidad para practicar su deporte

Los Keane han decidido dejar a Papa Noel, con su trineo y sus renos, en Londres,y coger un vuelo low cost para plantarse en las playas de Cádiz. Concretamente en El Palmar, porque aunque a los Keane mayores les va más el sol y la buena comida, a los pequeños les gusta practicar surf, Y sí, están contentos de haberse encontrado veinte grados de temperatura y buenas olas para sus hijos. Los Keane sonríen, y se hacen una foto de grupo.

"Llegamos ayer, y volveremos a Londres el día 31. Una semana de vacaciones. Pasaremos la Navidad aquí. El surf es divertido, y ademas hace mucho más calor y está mucho mas soleado que en Londres. Los chicos llevan ya tres años practicando sur" dice la madre de los cuatro pequeños, enfundados ya en su traje de neopreno.

"Pasaremos la Navidad aquí. El surf es divertido, y ademas hace mucho más calor y está mucho mas soleado que en Londres"

El oleaje es hoy algo fuerte para los más pequeños. Las tormentas de la semana pasada han dejado un mar de fondo con grandes olas, que gusta a los surfistas experimentados. Olas limpias, tendidas y con la altura suficiente para una buena sesión de tabla. Marta y Alberto han llegado desde Madrid. "Vivimos en Boadilla", dice Marta, mientras Alberto le da cera a su tabla. "Nos hemos venido para aprovechar las vacaciones, es el único momento en que coincidimos los dos, aunque haya que prescindir un poco de la familia".

Alberto es el surfista de la pareja. Nunca había estado aquí. "Pasar la Navidad en la playa es estupendo. Te pega el solito y hace buena temperatura. La verdad es que si te vas al norte, imposible.

Así que mientras muchos hacen las ultimas compras, la playa del Palmar comienza a llenarse de tablas. Es Navidad, y lo que en el hemisferio sur es costumbre en estas fechas, ya es también una forma diferente de pasar estos días en Cádiz. A riesgo, para algunos, de perderse el encuentro con sus familias.

"No venimos porque sea nochebuena o Navidad, venimos porque hay olas", dice José Luis. "Para nosotros esto funciona según la meteorología y la naturaleza. Para la familia es otra cosa, te dicen: oye, a qué hora vais a llegar, que tenemos que cenar o almorzar juntos, pero este deporte es así" y se mete junto a un amigo en el agua. Si no salen de ella en un par de horas tendrán un serio problema navideño.

Las escuelas de surf han decidido abrir también en estas fechas. "Viene bastante gente por esta zona", dice German, el encargado de una de ellas. "Buscando el buen tiempo, las olas, la playa, este mundillo que ahora se ha puesto tan de moda. Además en navidades suelen caer buenas olas. Cada vez viene más gente. Ahora mismo yo creo que por aquí pocas casas hay para alquilar".

"Cada vez viene más gente. Ahora mismo yo creo que por aquí pocas casas hay para alquilar".

Desde la terraza de la escuela, los que no se atreven a lanzarse al agua, observan. No son los únicos. Algo más allá, junto a la playa, un hombre con traje y corbata toma fotografías. Es un surfista. Le gustaría estar en el agua, pero este año le ha tocado trabajar en Navidad.