Amaia, Nacho, Marga: los rostros de la desolación de Tafalla

  • Tafalla deja a su paso alivio por seguir con vida pero la desolación de vidas arrasadas

El pueblo de Tafalla y los de alrededor se han volcado con ellos. La solidaridad ha sido tan desbordante como las lluvias, que han destrozado negocios y sueños. Un recorrido por la zona de Tafalla deja estampas apocalípticas, barro y destrozos, pero también una muestra de lo mejor de la gente de la zona, que dedica su tiempo libre a ayudar. La catástrofe acabó con una vida, pero pudo ser aún una tragedia mayor.

Amaia y Nacho apenas habían deshecho la maleta desde que llegaron hace tres días. Les costó convencer a sus hijos de que Tafalla era el lugar para vivir. Ella, natural de Tafalla, y él de Sevilla, iban a iniciar una nueva vida. De hecho llevaban todo un año acomodando su hogar. Pero la riada se les vino encima llevándose todo. El agua engulló el muro del chalet, arrasó su hogar y destruyó la ilusión de la familia.

"Ahora los niños han vuelto a Sevilla porque necesitan a sus amigos, pero yo no pierdo la ilusión de intentarlo", dice una emocionada Amaia que recuerda cómo se enteró de la riada desde Pamplona. Su gran temor en ese momento era su perro que se encontraba en la casa. Cogieron un autobús para salvar su vida, pero las riadas les dejaron a medio camino. Fue el momento de llamar, desesperados, a los amigos. Finalmente encontraron a su perro encima de un sofá sobre las aguas. Vivo. "Era lo que más nos importaba porque hemos perdido la casa, la ropa, los recuerdos y las ilusiones, pero lo volveremos a intentar. Estamos contentos de estar vivos, aunque en shock", contesta Amaia.

Tendrá que volver a empezar como el dueño de lo que fue el Asador Brasas. Después de 22 años de batalla se ha quedado sin su casa y sin su negocio. Pero todos están bien, que tal y como entró el agua arrasando un local y llegando a alturas de más de dos metros no es poco. "Me he quedado sin casa, sin asador, sin nada. Intentaré ahora a ver si puedo rescatar algún recuerdo de familia. Ahora a ver si los seguros se portan y compensan para poder reparar todo y seguir adelante en cuanto nos declaren zona catastrófica", señala un hombre que la primera noche la pasó a la puerta de su local en su coche. Ha dormido cuatro horas desde la tragedia. Nadie recuerda nada igual.

Y más pérdidas en otra tienda, la de Marga, pero esta es más especial, si cabe, porque su objetivo es hacer de muchas mujeres el mejor día de su vida. No en vano hacen vestidos de novia que han pasado del blanco impoluto al marrón lodo. Un mal recuerdo del que nunca podrán separarse. Marga, no obstante, tranquiliza a todos sus clientes porque los vestidos que han sido pedidos no estaban en el local arrasado. Ahí estaba solo el stock, que ha sido destrozado. A Marga le pilló de vacaciones el suceso pero su socia está vida de milagro. Pide también que las ayudas lleguen pronto y destaca la solidaridad de compañeros y gente del negocio.

El Gobierno de Navarra ha solicitado la declaración de zona catastrófica de las localidades del Cidacos solicitar al Gobierno central la declaración como zona catastrófica de las localidades afectadas por las inundaciones, así como para analizar y estudiar otras medidas relacionadas con este desastre natural.