A sus 85 años Teresa hace repaso de su oficio “Yo tenía tres tías matronas, ¡cómo para que no me llegara la afición!”, explica. Recién salida de la escuela, se enfrentó a su primer parto en una época muy dura. “Nos pilló la posguerra y la reacción es tener hijos”. Sus manos, que hoy acarician con mimo sus antiguos utensilios, trajeron a la vida a cerca de 15.000 niños en Cádiz. “Utilizábamos los recursos que estaban a nuestro alcance. Éste es el estetoscopio. Cuando se me olvidaba, con un rollo de papel higiénico también lo escuchaba”. Siempre con su buen oficio y, sobretodo, con cariño, los pequeños venían al mundo en casa fuertes y sanos. Un trabajo, el de comadrona, que abandera Teresa con la satisfacción de haber dado mucha vida.