¿Tienes dolor articular? Te damos consejos para reducirlo
Informativos Telecinco
24/11/201808:30 h.El origen del dolor articular pueden ser varios: cartílagos, tendones, músculos o ligamentos. Y hay dos tipos diferentes, la monoarticular, cuando solo afecta a una articulación, o la poliarticular, cuando afecta a más de una, según el blog de Kern Pharma.
Las mujeres lo sufren antes que los hombres, ya que el 73 % de mujeres lo padece a partir de los 35 años, frente al 63 % de los hombres, según OAFI. Las articulaciones más afectada es las rodillas, con un 52 %, frente a la columna vertebral y las de las manos, con un 40 % y un 25 %, respectivamente.
Síntomas
Algunos de los síntomas más representativos del dolor articular son los pinchazos o la inflamación de las articulaciones afectadas, aunque también se puede manifestar por rigidez o dolores agudos. Estos producen una incomodidad en el movimiento que impide desenvolvernos con naturalidad. Estos síntomas también pueden equivaler a otras enfermedades del sistema musculoesquelético, como la artrosis o artritis.
Prevención o reducción
Los dolores articulares se pueden prevenir o reducir si llevamos un estilo de vida saludable. Una de las claves para que esto ocurra es mediante una dieta sana, rica en calcio, proteínas y vitaminas A, C y D. Realizar ejercicios de forma cotidiana ayuda a mantener sano y fuerte nuestro cuerpo y evitar el sobrepeso, que potencia el dolor articular. Eso sí, es necesario calentar antes de realizar deporte o ejercicios físicos para evitar lesiones.
El bienestar de vida se consigue durmiendo lo necesario, ocho horas diarias, y evitando el consumo de tabaco y alcohol. Además, hay muchos compuestos que pueden ayudarnos en nuestro día a día, como el magnesio, el ácido hidráulico, el colágeno, el zinc, etc.
Tratamientos
Hay muchos tratamientos posibles ante este dolor. Los más habituales son los fármacos antiinflamatorios, corticoesteroides y paracetamol. Al ser una enfermedad crónica, también se puede tratar con ejercicios y actividades como la fisioterapia, que ayuda a realizar con más facilidad y comodidad movimientos que normalmente nos molestan.
También se suele emplear, en caso de dolor intenso, bolsas de frío o calor, que pueden ayudar a disminuir esa molestia. En casos algo más complicados se potencia el uso de las férulas, que inmovilizan la articulación durante un tiempo determinado para después sentir menos dolor. En casos extremos necesitaríamos entrar en quirógrafo, ya que la cirugía es uno de los tratamientos más eficientes aunque el periodo de recuperación sea mayor.