Desde hace 11 años, el fotógrafo chino Liu Bolin comenzó un proyecto ambicioso: quería desaparecer en sus propias fotografías. Y así lo hace. Desde un supermercado cualquiera al toro de Wall Street, todo el mundo conoce ya su técnica de camuflaje. De hecho, incluso ha llegado a pasar desapercibido en la sede de las Naciones Unidas.