Shana Grice, de Portslade, localidad cercana a Brighton, presentó cinco denuncias contra Michael Lane entre febrero y julio de 2016 antes de que su exnovio, Michael Lane le cortara el cuello en agosto de ese año. El hombre fue condenado a 25 años de prisión.
Grice y Lane habían mantenido una relación sentimental que ella terminó desencadenando la violenta reacción de su ex. Este cortó las ruedas de su coche, la acosó y asaltó en la calle, irrumpió en su casa tras robarle las llaves, colocó un rastreador en su coche para controlar sus movimientos. El acosador solo fue advertido, pero nunca castigado por su comportamiento.
Las quejas de la joven víctima de violencia machista, sin embargo, sí fue castigada con una multa de poco más de 80 euros por hacer perder el tiempo a la Policía, según ha publicado The Guardian. Varios de los agentes policiales vinculados con las denuncias de Shana Grice por acoso y violencia machista serán investigados, acusados de negligencia en su trabajo.
Los padres de la joven asesinada por su exnovio han criticado la actuación de la Policía que debía proteger a su hija, de su acosador. "Nuestra hija llevó sus preocupaciones a la policía y, en lugar de ser protegida, fue tratada como una criminal", aseguraron.
"Es justo que la Policía cambie y rectifique, pero para ella ya es demasiado tarde", se lamentaron.
El asistente del jefe de Policía de Sussex, Nick May expresó su dolor y lamentó "profundamente la trágica muerte de Shana Grice en 2016, subrayando el compromiso de "mejorar constantemente nuestra comprensión del acoso y nuestra respuesta a este".
La policía de Sussex informó que dos oficiales, uno de ellos se ha jubilado, se enfrentarán a procedimientos por mala conducta el próximo mes; Otro agente de policía se enfrentara a una sanción interna por mala conducta, mientras que otros tres policías y tres miembros del personal policial recibirán capacitación adicional para enfrentar y tratar casos como el de Shana Grice.