Violencia vicaria

El testimonio de Itziar Loinaz, madre de Julen, el niño de 13 años al que su padre quitó la vida en 2011: “A las que nos toca, nos matan en vida”

Audiencia Provincial de Gipuzkoa.. Europa press
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San SebastiánJulen tenía 13 años cuando fue asesinado por su propio padre, el 1 de diciembre de 2011, en el barrio donostiarra de Ondarreta, víctima de la cruel venganza de ese hombre a Itziar Loinaz, tras comunicarle ella la decisión de que quería el divorcio. Quería causarle un daño irreparable.

A punto de cumplirse 14 años del crimen, esta madre reconoce que solo sus otros tres hijos y el apoyo de su familia le dan fuerzas para seguir viviendo. Eso sí, arrastrando un dolor de por vida: el asesinato de su hijo mayor a manos del que era su marido y padre del niño. Aquel mismo año, se produjeron los asesinatos de Ruth y José, los dos hijos de Ruth Ortiz, a manos de su propio padre, José Bretón.

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Julen se convirtió en víctima de la violencia vicaria, un término que por entonces ni siquiera se empleaba y que Amnistía Internacional la define como una forma de violencia de género por la cual los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género son instrumentalizados para maltratar y ocasionar dolor a sus madres. Según datos del Ministerio de Igualdad, se estima que 1.400 niños son utilizados para causar dolor a sus madres.

Desde 2013, es decir, desde que hay registros, 65 menores han sido asesinados y más de 430 han quedado huérfanos por violencia de género en España. En Euskadi, Eva, una niña de 13 años, fue asesinada por su padre en Bilbao, el pasado 30 de mayo. La degolló y después se suicidó. No había denuncias previas por malos tratos, pero la Ertzaintza unos meses antes se personó en la vivienda por un posible caso de violencia machista.

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Muertas en vida

Itziar tuvo que esperar seis años a que se hiciera justicia y que Luis Serrano, el que fuera su marido, padre de sus hijos y asesino de Julen, fuera declarado culpable de matar intencionadamente al pequeño, sin que este pudiera defenderse. Un tiempo en el que tuvieron que demostrar que al niño le habían matado y que la teoría del padre de que se había suicidado era mentira. Durante esos años, dado que él estaba en la calle, tuvieron que vivir escoltados.

Finalmente, fue condenado a 19 años de prisión, pero la sentencia no fue firme hasta enero de 2019, porque recurrió ante el TSJPV y el Supremo, todos ratificaron la condena. Itziar Loinaz en una entrevista a El Diario Vasco, reclama un cambio legal “para que no salga tan barato matar”, admite que “no quiero seguir viviendo con miedo”, pero que el día que este hombre salga de prisión “me descompondré”.14 años después del crimen, con la herida aún abierta de haber perdido a su hijo de 13 años, reconoce que “a las que nos toca nos matan en vida”.

Este 25 de noviembre es el Día Mundial contra la Violencia de Género. Un problema estructural que solo este año ha dejado a siete mujeres vascas muertas y casi 6.000 denuncias, de enero a octubre, por violencia machista ante la Ertzaintza. La violencia vicaria es una de las formas que adopta la violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres y que supone “un golpe irreversible contra las madres”.