Verónica sufre estrés postraumático tras no poder salvar a una niña en la DANA: "Se fue mirándome a los ojos"

Verónica sufre estrés postraumático tras no poder salvar a una niña en la DANA: "Se fue mirándome a los ojos"
Verónica salvó a la madre y el hermano de la niñaInformativos Telecinco
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ValenciaA Verónica, la DANA del pasado 29 de octubre le cogió en su casa de Benetússer (Valencia) recuperándose de las lesiones sufridas tras un accidente de tráfico. "Al principio no me enteré de nada, estaba totalmente aislada estudiando en casa", recuerda Verónica Vicent, policía local. Sobre las 20:30 horas se quedó sin luz en casa y en ese momento fue consciente de la tragedia que se estaba viviendo a su alrededor. "Había casi dos metros de agua en la calle y una corriente muy fuerte".

Junto al ruido del agua, escuchó los gritos de la familia, un matrimonio y dos hijos pequeños de origen chino, que regenta el bar de debajo de su casa. Inmediatamente bajó al patio y al ver la situación se acordó de que en su trastero, situado en la azotea, tenía cuerdas. Con la ayuda de varios vecinos comenzó un arriesgado rescate a contrarreloj. "Sacar al niño fue fácil, pero la madre costó más. Éramos ocho personas tirando y fue difícil", explica.

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La tercera en subir por la escalera era la hija, de poco más de 11 años. "La niña estaba subiendo y cuando le quedaba un escalón para llegar se cortó la cuerda con el ventanal que hizo de guillotina. Se fue al agua mirándome", recuerda Verónica, que comenzó a gritarle para que intentara flotar. "En ese momento, el padre, que estaba sujetando la escalera abajo, me miró como diciendo cuida de mi familia, y se tiró al agua a por su hija". Esa noche, la madre y el niño se quedaron en su casa, hasta que a la mañana siguiente volvió el padre, pero sin la niña, su cuerpo fue encontrado días después a varios kilómetros de distancia.

Lesiones físicas y psicológicas

Desde esa terrible noche, Verónica sufre lesiones físicas. "Cuando me duele la cadera pienso, esto va a ser para siempre, pero al ver el bar me digo que mereció la pena porque los veo vivos. Me consuela", afirma. Aún así, arrastra secuelas psicológicas. "Durmiendo me daban como escalofríos. Además, me falta concentración, pero todo es parte del estrés postraumático", explica. Hasta hace poco, Verónica aún arrastraba la culpa de no haber podido rescatar a la niña. "Un compañero me ayudó mucho a cambiar mi visión. Me dijo cuántas personas hemos salvado y siempre nos quedamos con las que no". Una recuperación, en la que también ha sido fundamental la relación que mantiene con la familia a la que ayudó a rescatar.

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"La primera vez que vi a la madre le pedí perdón, pero ella me dijo que todo lo contrario, que estaba muy agradecida por haber salvado su vida y la de su hijo y de haberlo intentado con su hija". Verónica es otra de las víctimas de la DANA que sufren graves trastornos tras la tragedia. Su testimonio ha sido incorporado por la jueza al sumario que instruye la gestión de las inundaciones que arrasaron la provincia de Valencia.

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