Jorge Javier Vázquez comparte la divertida anécdota que ha vivido con su madre en la boda de su sobrina

Jorge Javier Vázquez mantiene una relación muy estrecha con su madre, María Morales Martínez. En diversas entrevistas o en su blog, el presentador de 'Sálvame' suele hablar abiertamente de lo bien que se lleva con su madre y ha contado que, pese a vivir a 500 kilómetros de distancia, es frecuente que algunos de los dos se desplace a casa del otro para pasar unos días juntos. Ahora, ha querido compartir con sus seguidores a través de sus redes sociales la divertida anécdota que ha vivido con ella en la boda de su sobrina Esther.

En esta ocasión, fue el presentador el que puso rumbo a su Badalona natal antes de comenzar sus vacaciones por Perú y por África. Allí, pasó unos días con su familia y acudió a la boda de su sobrina, donde le sorprendió la actitud de su madre. En su blog de 'Lecturas', el catalán ya había contado que nunca había visto a su madre "tan desatada" y que le había encantado verla "tan marchosa", bailando canciones de distintos estilos, encabezando una conga y probándose distintos gorros.

Jorge Javier añadió que lo que más le llamó la atención fue que su madre quiso quedarse en la fiesta cuando él le manifestó su deseo de irse a casa. Ahora, ha querido mostrar un vídeo de aquel momento en su perfil de Instagram, donde se puede ver que María guardó las llaves dentro del bolso y optó por quedarse a disfrutar del baile en la boda de su nieta tan pronto como escuchó a un grupo de invitadas animándola a seguir en la fiesta. "¡La yaya se queda! ¡La yaya se queda!", decían las invitadas; un grito al que se sumó la propia María, dispuesta a continuar en la pista de baile.

El presentador optó entonces por volver a casa, ya que su cuñado le prestó una copia de las llaves y explicó en su blog que su madre se quedó tres horas más que él en la fiesta; una actitud que a Jorge Javier le encantó, pues adora ver a su madre feliz y disfrutando junto a su familia. Sus seguidores de Instagram también han celebrado la vitalidad y la alegría de María, aplaudiendo sus ganas de pasarlo bien, de bailar y de disfrutar en la boda de su nieta Esther. Incluso, hay quien ha comentado que se identifica mucho con ella al sucumbir ante las peticiones de sus amigos para quedarse más tiempo en una fiesta.