El que fuera concursante de 'Supervivientes' necesitaría de nuevo perderse en una isla desierta como hiciera hace cinco años. Acuciado por las deudas y sin ingresos que le ayuden a sufragar su enorme agujero económico, Amador Mohedano vive un momento muy duro y ha decidido por fin desahogarse para la revista Semana.
Su principal angustia es que tiene una deuda con Hacienda que asciende a 250.000 euros y ante su imposibilidad de pago, el ex marido de Rosa Benito ha decidido embargar la parte que le corresponde de la finca de Los Naranjos.
Sacando a subasta esa propiedad intentaría sanear una parte de esa maltrecha economía debido a que Amador no cuenta ni con liquidez ni con ingresos fijos que le permitan afrontar la elevada cuantía de otro modo, pero tiene claro que va a pelear con uñas y dientes por el legado que le dejó su hermana Rocío Jurado.
Y en medio de esta vorágine y preocupación que le está consumiendo el ex 'Supervivientes' intenta mantener su rutina y la vida en el campo alejado de todo círculo mediático. No sale de fiesta ni se va de bares con los amigos como se ha dicho y pasa las horas en su casa mano a mano con las cuentas para no perder el legado que la hermana le dejó en vida.
Él confiesa que "está arruinado", pero que todas sus fuerzas irán para intentar preservar la herencia de la más grande y en esta lucha titánica contra los problemas económicos no ha encontrado el apoyo de su sobrina Rocío Carrasco ni de muchos que en su estuvieron con él y que se hicieron fuertes en su estrecho círculo.
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