Aunque la influencer se ha dejado ver en alguna ocasión haciendo una visita expres, y, también volvió a casa por Navidad, ha estado nueve meses fuera de casa y de sus amigos y familiares.
Finalmente, este fin de semana, Anna Ferrer Padilla cogía el avión de vuelta a casa y reflexionaba sobre su crecimiento personal y lo aprendido de la experiencia: "ha sido un año de cambios, de aprender mucho, de superarme a mi misma. He conocido a gente increíble, he aprendido a cocinar y a ser independiente. Ha habido momentos en los que me he sentido sola, y lejos de mi familia y otros en los que no me podía sentir más feliz". Su madre la esperaba impaciente en casa y así lo publicaba en las redes sociales: "¡por fin, vuelve mi niña!".
Y es que tomar la decisión de irse fuera a un sitio desconocido donde no conoces a nadie a estudiar es díficil al principio, algo que te hace cambiar la perspectiva de las cosas, tal y como le ha pasado a la hija de Paz: "no soy la misma persona que vino, pero ahora un pedacito de mí siempre pertenecerá a Loughborough. Gracias a toda la gente que he conocido, que hoy son más bien familia, y también a todos vosotros", comentaba Anna.
Una vez con los pies en suelo español, la influencer no se ha separado de su madre. Ambas sabían que tenían que recuperar todo el tiempo que no han estado juntas este año y una de las cosas que primero han hecho ha sido irse a comer juntas por el centro de Madrid.
Pero además, y después de tener que aprender a ser completamente autosuficiente viviendo sola, Anna se ha convertido en toda una 'cocinitas'. Por eso no ha tardado en hacer degustar a su familia de lo bien que ha aprendido a cocinar y ha sido ella la que se ha encargado de preparar la comida del domingo.
Lo cierto es que Paz y Anna están muy unidas y así lo muestran a través de sus redes sociales. Anna consiguió incluso que su madre fuera 'youtuber' por un día.