Jesulín de Ubrique y Mª José Campanario rompen tres años de silencio: hablan de la enfermedad de ella y de lo bien que está su relación

  • "Hubo un momento que necesité ayuda psiquiátrica porque a veces desconoces cómo gestionar ciertas situaciones"

  • La pareja se ha dedicado todo tipo de piropos para recalcar que nunca han sufrido una crisis

María José Campanario y Jesulín de Ubrique han roto su silencio tras tres años sin salir en los medios en una entrevista para la revista '¡HOLA!'. En ella han hablado sobre el punto en el que está su relación, la enfermedad que sufre María José y lo bien que están económicamente.

María José ha contado que, a pesar de sufrir fibromialgia, ahora mismo se encuentra bien como para trabajar y convive con su enfermedad como puede: "Se ha convertido mi compañera de vida. Tomo una pastilla para poder dormir y por ello he ganado peso pero me compensa". Además, ha asegurado que no cree que las críticas le hayan influido en su enfermedad pero que ha necesitado acudir a terapia: "Hubo un momento que necesite ayuda psiquiátrica porque a veces desconoces cómo gestionar ciertas situaciones".

Por otro lado, la pareja ha resaltado lo enamorados que están y se han dedicado todo tipo de piropos. La pareja asegura que forman un "equipazo" juntos y que todo es mucho más fácil. "Estoy muy enamorada y jamás he dudado de su amor", decía Campanario sobre su marido. Él, por su parte, ha contado que lo que más le gusta de su mujer es su forma de luchar en la vida. Con estas declaraciones de amor han aclarado que nunca ha habido ninguna crisis entre ellos y que los rumores les han hecho más fuertes como pareja: "Jamás ha habido motivos para una crisis importante".

Económicamente están en su mejor momento y Jesulín ha asegurado que le han ofrecido ser tertuliano para un programa matinal pero que no le pagan lo suficiente y por eso lo rechazó. "Si no respetan mi caché, no me pongo el traje. No necesito torear para vivir", zanjaba el torero refiriéndose a todas las veces que ha rechazado trabajos porque no le pagaban lo que él pedía.