Un invitado exige a su amiga que pare de asistir a los funerales de personas desconocidas: "Deja a los muertos en paz"

Mari le pide a sus amigos cada vez que viajan con el IMSERSO o por su cuenta que le lleven a los cementerios
Jorge Javier Vázquez saca su lado más bromista con un joven italiano que busca un novio "grandote": "¿Entro dentro del canon?"
Raúl acude a 'El diario de Jorge' para pedir ayuda. Quiere darle un ultimátum a su amiga Mari porque ya no puede aguantar más su inusual hobbie: le gusta ir a los cementerios y los funerales de personas desconocidas. Tanto es así que, una vez, estaban en la puerta de un monasterio cuando las campanas empezaron a sonar anunciando un funeral. De repente, Mari había desaparecido. Su amiga estaba dentro dando el pésame a la familia y eso que no se conocían.
Para darle su mensaje, el invitado ha decidido hacerlo a través de un objeto representativo: una corona funeraria. En ella ha escrito "Deja a los muertos en paz". ¿Sabrá Mari quién está detrás de su invitación al programa? ¡No te pierdas este divertido momento!
Así de bien se ha tomado Mari el mensaje de su amigo Raúl
Jorge Javier Vázquez le pide a la invitada que se gire para ver qué es lo que sus compañeros están dejando detrás suyo: una corona funeraria con un mensaje. "¡Ay, que angustia! ¡Que yo no me quiero morir!", reacciona al verla. El mensaje es claro: "Mari, deja a los muertos en paz". El presentador le pregunta si conoce a algún muerto con el que tenga alguna cuenta pendiente y lo cierto es que sí, pero no quiere entrar en el tema: "En qué aprieto me estás poniendo. Es un ser querido mío que no quiero mentarlo".
Sin embargo, al releer el mensaje, cae en qué persona ha podido enviárselo: "Mi amigo Raúl". Su alegría es inmensa cuando le ve escondido detrás de la corona funeraria. "Se tiene que dejar de cementerios, muertos, entierros...", le dice el invitado. Y es que, según le cuenta la propia Mari a Jorge Javier Vázquez, siempre que se van de viaje, ya sea con el IMSERSO o ellos por su cuenta, hay una cosa que tienen que hacer por ella sí o sí: "Me tienen que llevar al cementerio para verlo".
Es más, si ha pasado mucho tiempo desde que se celebró el último entierro, Mari confiesa que está deseando que alguien se muera para poder acudir a uno. Pero, pensándolo mejor, no tiene ningún nombre en mente: "Ni a mis peores enemigos les deseo la muerte".
Eso sí, la invitada ha dado directrices a sus hijas para el día de su muerte: "Que me arreglen, que me pongan guapa, que me peinen y los labios que me los pinten porque he visto algunos muertos que qué feos". Como es el caso de su padre. "Eso era horroroso", asegura entre risas Mari.

