10 cosas que aprendimos hace una década con 'Los Serrano' y nos salvaron la vida

María Caballero 17/07/2018 12:27

España no tiene una gran tradición en la ficción televisiva, pero en plena época de 'haterismo' debemos reivindicar lo que empezaba a cocerse en 2003: lo que vimos en 'Los Serrano' era una oda al amor en toda regla. Aquella familia era más grande que la gran familia y estamos endeudados hasta las cejas con Diego y Lucía por hacer de la pequeña pantalla un mundo mejor, más valiente, más justo. Por hacer de todos un individuo mejor. Todos tenemos un Serrano dentro.

1. Aprendimos a ser pacientes con el formato SERIE TV.

¿Crees que hubieses aguantado hasta el final de 'Lost' sin la mítica serie de Telecinco? ¿Te crees valiente porque hiciste un ciclo de 'Twin Peaks' en solo dos semanas? En los 90 fue 'Twin Peaks' y en 2003, 'Los Serrano'. La paciencia audiovisual, querido lector, la aprendiste con Antonio Resines y los enredos en su familia. No hay Netflix sin 'Los Serrano'.

2. Un final no siempre es EL FINAL.

La manía o el síndrome “del final malo”. Quítate los prejuicios narrativos. Esto también es un ejemplo de habilidad. En cualquier película propia de la modernidad se acepta cualquier salto temporal o espacial. ¿Por qué 'Los Serrano' iba a ser menos? ¿Acaso no existe en España una tradición vanguardista? Puede que sea un final polémico, flojo, no apto para todos los públicos. Pero no tiene por qué ser malo. ¿Iluso y azucarado? Más que un 'lollipop' de fresa.

3. Belén Rueda.

O lo que es lo mismo, la Nicole Kidman española. La actriz estuvo en la televisión hasta su estreno en cines con 'Mar adentro'. De no ser por su paso en numerosas series, posiblemente nos hubiéramos perdido a una de las mejores profesionales que ha dado la pantalla grande dentro del panorama nacional e internacional. Belén Rueda ahora rueda cine como nadie. Además de tener nominaciones a los Goya, tiene el secreto de la juventud eterna.

4. Santa Justa Klan (SJK).

En la era del trap, los que no sabemos adaptarnos miramos con excesiva nostalgia el pasado. Si has crecido con 'Los Serrano' y los echas de menos, también echarás de menos su hit 'A toda mecha'. En los tiempos que corren, el disco de Victor Elías, Natalia Sánchez, Adrián Rodríguez y Andrés de la Cruz, es casi un clásico inolvidable del pop español. Eso sí, la parte del "no te hagas la estrecha" sobraba. Ahora, antes y siempre. Como resultado de la trayectoria musical, Víctor Elías es ahora un aclamado pianista profesional. Sí, el pequeño Guille ya no es pequeño. Cosas de casa.

5. Alejo Sauras se parece a Jonathan Rhys Meyers.

Si nos ponemos conspiranoicos, podríamos pensar que después de la mítica Velvet Goldmine, Jonathan se aburriera de tanto cine de autor. Cualquier contacto en España lo habría llamado por teléfono: “Ey, Jony, tío, déjate de tanta profundidad y vente a España, tenemos una mansioncita en la Moraleja para ti y una serie que te viene al pelo. Eso sí, tu nuevo nombre es Alejo”. El parecido entre actores nos enamora. Incorruptibles al tiempo. Guapos a reventar.

6. Antonio Resines haciendo de Antonio Resines, es bien.

Una cosa que quede clara: Diego Serrano y el Fiti salvaron la comedia española. Veníamos de una clase media un tanto rancia, con chistes de Jaimito y algunas calles todavía olían a cocido. El humor ha sido y será la mejor arma de la literatura española. Y la televisión no es menos. De los molinos de viento a los sueños de Diego. Fue una serie alentadora para los que veníamos arrastrando el tedioso “chatina” de Arturo Fernández durante lustros y lustros. Antonio Resines, amigos, es bien. Si tienen cualquier duda entren en Youtube y busquen el rap que se marcó con el Langui. Eso no se supera. Jamás.

7. ¿La serie que inspiró a J.J Abrahms?

Entre en Wikipedia. Entre, por favor. La serie de ABC se estrenó el 22 de Septiembre de 2004. La de Mediaset emitió su primer episodio el 22 de abril de 2003. ¿Casualidad? No lo creo. Vale, cierto es que todavía J.J no sabía cuál sería el desenlace polémico de la familia pero la chispa creadora puede que la encontrara ahí. Ya se sabe cómo funcionan estos genios telepáticos.

8. Oda a la clase media española.

Cuando te has cambiado de ciudad o te has mudado de barrio, lo haces de forma inconsciente, pero lo haces. En todo barrio buscas un supermercado Día porque es más barato. Pero sobre todo, siempre vas buscando un bar que tenga de camarero a un Fiti. Y no lo sabrás hasta que leas esto. Un bar amigable que te recuerde a las reuniones familiares de navidad, o que te pongan un pincho de tortilla gratis cuando las ojeras te llegan al tobillo. Eso es un bar. Fiti te cuidaba y tú buscas protección.

9. Hay que ser fiel.

No se entienda esto en sentido moralista. Puedes hacer lo que quieras, pero hay algo que siempre tuvo la serie: una audiencia fiel. Un público entregado que, pese a los altibajos propios de un guión con un formato tan extenso, jamás permitió que otro programa (incluso la cena) se interpusiera en su camino. Un gran número de espectadores que siempre esperaba ver algo bueno, algo mejor. Y esto, es aprender a ser exigente con lo que uno consume. Estábamos entrenándonos para ser unos consumidores diez.

10. Vive sin prejuicios. Vive más. Vive mejor

En toda familia existe la tía Juana, virgen y rechoncha, cariñosa a ratos, pero que no quiere que la-gente-se-mezcle-con-la-gente. Esto es: si tienes un hijito no te vayas a cuidar a los hijitos de otro. Eso es un tótem y la tía Juana te lo hará saber. La sociedad española era (?) un poco así. Con el tiempo hemos sabido aprender a tener un primo lejano que se casa con tu otra prima lejana. Con el tiempo has sabido aceptar que puede que a tu abuelo paterno, le guste un poco tu tía abuela Juana. Los prejuicios han sido la principal desventaja de cualquier sociedad y de cualquier evento mediático. Aplaca las críticas destructivas. Abraza a todos.