Cuando todavía no se sabe nada del paradero de Blanca Fernández Ochoa – el rastro que siguieron los perros, finalmente, no era suyo – ‘Ya es mediodía’ ha hablado con alguien que la conocía muy bien. Se trata del dueño del bar donde la esquiadora siempre paraba después de hacer sus rutas y esto es lo que ha dicho: “Ella siempre venía aquí después de sus caminatas. De hecho, la estábamos esperando. Nosotros creemos que ha sufrido un accidente porque conocía el terreno de sobra”.