Sonia fallece de cáncer durante la pandemia sin ser atendida por su médico ni en el hospital: “Le recriminaron que acudiera a urgencias”

  • Su hermana Lydia reclama justicia y cuenta la horrible experiencia de su hermana antes de fallecer

  • Sonia tenía cita con un traumatólogo, que tampoco la atendió

  • Tenía horribles dolores, perdió siete kilos y estaba muy fatigada

Sonia murió a los 48 años por culpa de un cáncer de colon. Durante la pandemia empezó a tener fuertes dolores y a deteriorarse poco a poco, pero su médico nunca consideró darle una cita presencial por miedo al coronavirus. Toda la asistencia que recibió fue telefónica. Su hermana Lydia denuncia la situación. “Lo de mi hermana no tiene perdón. Si no hubiese habido coronavirus, no hubiese habido atención telefónica y mi hermana estaría aquí”, ha dicho durante la entrevista.

Lydia ha denunciado que si los médicos la hubieran atendido, hoy su hermana estaría viva. Sonia era vecina de Espinosa de los Monteros, en Burgos. Su calvario empezó en el mes de abril. Tenía fuertes dolores en una pierna (ella los achacaba a un tirón) que fueron a más. Eran los primeros síntomas de cáncer de colon. Perdió hasta siete kilos y la medicación que le mandaban no surtía efecto, es más, la afectaba al estómago según cuenta su hermana. “A mi hermana la ha matado el cáncer de colon, pero yo siento más que la ha matado el coronavirus y la falta de empatía”, dice Lydia.

“Mi hermana perdió peso, sufrió deterioro físico, los dolores iban a más, estaba muy cansada, tenía la piel de color amarillo… Pero su médico no consideró oportuno darle una cita presencial. En esos tres meses se estuvo muriendo al otro lado del teléfono. El cáncer y la metástasis corrieron como la pólvora”, relata.

Desatendida en el hospital y en urgencias

Además de la falta de atención presencial en el centro de salud sufrió problemas similares cuando acudió al hospital. Tenía una cita con el traumatólogo, que según cuenta Lydia, no la atendió y se la derivó a un rehabilitador… con cita para marzo de 2021. Los fuertes dolores la obligaron a acudir a urgencias. En el primer hospital “una inyección y a casa” y en el segundo “llegaron a recriminarla que acudiera a las urgencias hospitalarias en plena pandemia. Decían que se estaba arriesgando a coger el coronavirus”.

Lydia dice que su hermana sentía que la estaban tratando “peor que a un animal”. Por todo esto exige responsabilidades. “El covid no lo justifica todo, no se puede consentir este desamaparo”, dice.