Belén, suspenso en convivencia, aprobado por la audiencia
Belén había mencionado su diabetes emocional, aceptando que hizo mal simulando una bajada de azúcar por tan peregrina razón como espiar a unos compañeros de reunión nocturna en el salón. La hemos escuchado en infinidad de ocasiones aludir a posibles subidas y bajadas de azúcar como consecuencia de discusiones, contrariedades o disgustos. Ares argumenta en la gala final de anoche que a veces tuvieron precaución de no hacerla enfadar temiendo una de sus crisis con el azúcar. Belén responde: “Con todo lo que he pasado yo en la tele, y no me he muerto nunca”. Esta respuesta simboliza mucho lo que fue la gala de anoche. Belén no ve más allá de sus narices, le pongan los vídeos que le pongan y aunque se le argumente de forma inmejorable. Ella te desarma con verdades tajantes que no se pueden discutir, pero que no se corresponden con nada. Belén se maneja bien en el terreno de la evasiva a la realidad.
Esto que digo puede tener mucha relación con lo sucedido anoche. No fue mucha sorpresa que ganase Belén, aunque jamás hubiera pensado que lo haría por la amplia mayoría de un 67,9 % de los votos, frente al 32,1 % de Aguasantas, y una vez repartido el 10,6 % de Coman, tercer clasificado. Tampoco me parece extraño que el mismo público capaz de condenar a Belén por su acoso y derribo a Olvido en las dos primeras semanas de programa la hiciera anoche ganadora de este concurso. El letrado Chamorro explicaba la supuesta contradicción entre el veredicto y la expulsión temprana de Olvido diciendo que ese juicio era por un aspecto en concreto, sin valorar la totalidad de las actuaciones de ambas concursantes. Pero no es tanto por eso como porque Belén ha terminado convenciendo con sus argumentos evasivos poco ajustados a la realidad. Y debemos aceptarlo.
Por eso toca dar la enhorabuena a la ganadora y asumir la decisión inapelable de la audiencia soberana. No hay más. Por otra parte, Belén ha sido un lujo de concursante, cuya participación en este GH VIP ha beneficiado más al programa que a ella misma. Anoche hubo una última oportunidad de hacerle un favor a Belén, y la audiencia renunció a ello. Si Belén no llega a ganar, posiblemente la experiencia le hubiera sido más útil. El examen de conciencia hecho se puede ir al traste una vez sabido que tiene la aprobación de la audiencia. Que me quiten lo bailao, puede decir ahora Belén, olvidándose de todo en ese deseado viaje al mismo resort del Caribe que va siempre. De haberse quedado a las puertas del premio, es posible que la reflexión y análisis interno hubieran durado más, aprovechando positivamente su encierro de dos meses y medio.
De no ser porque hemos estado pendientes diariamente durante todo este tiempo a lo que estaba pasando en la casa de Guadalix, podría habernos extrañado que ganase este concurso Belén. Nos han repetido por activa y por pasiva que este es un concurso de convivencia, y si alguien ha demostrado estar poco dotada para convivir esa es Belén Esteban. Se repite la historia de aquel programa de baile que ganó bailando como un pato. Belén no sabe bailar y gana un concurso de baile, de igual manera que no sabe convivir y gana un concurso de convivencia. ¿Por qué no me extraña esto? Pues sintiéndolo mucho me tengo que remitir a mis propias palabras, concretamente lo escrito en el primer párrafo de este escrito. Belén ha suspendido en convivencia, pero la audiencia le ha dado su aprobación dejándose convencer por argumentos evasivos.
Es un argumento evasivo eso tan manido de “yo soy así”, que en el caso de Belén suele rematar con algo parecido a “y me gusta ser así”. Dije hace unos días que no me lo creo. Más bien pienso que le gustaría ser de otra forma, pero se engaña para gustarse más y poder así gustar a los demás. Belén es una adicta al aplauso, necesita de esa aprobación irreflexiva y entregada de un público que aplaude. Y esa aprobación le ciega los sentidos, impidiendo que reflexione sobre aquellos aspectos que podría cambiar para mejor. En este caso, la aprobación no ha venido en forma de aplausos sino de mensajes de texto o llamadas telefónicas.
Si en lugar de una honda hubiera tenido que manejar la votación popular, es muy posible que David terminase vencido por Goliat. Porque sí, Belén ha sido el Goliat de esta historia. El desproporcionado tamaño de su personaje fue visible anoche en una gala que antes de su triunfo ya lo presagiaba. La diferencia entre su enorme protagonismo en estos meses y el papel mucho más discreto de Aguasantas, obligaba a dedicar muchos más minutos al gigante en videos y discusiones. Un gigante que tuvo el escudo de la minúscula Santi al entrar en el plató juntas, lo cual evitó la sonora pitada prevista, madre de todos los abucheos. Ahí nos dieron sopas con honda, la del pobre David.
El eco mediático de Belén ha sido un paraguas mucho mayor que el puesto anoche para acallar el abucheo del público. No solo jugaba en campo propio y con un árbitro amigo, sino que casi todos los miembros del otro equipo jugaron a su favor. Es como si en los mejores tiempos de Maradona, los demás futbolistas en el campo se hubieran parado a disfrutar de su juego. Algo así pasó con Belén. Aunque no nos engañemos, ni con todo el apoyo mediático del mundo se puede ganar este programa si no hay una audiencia dispuesta a ello.
Aquí ha existido un público que ni opina ni vota en las encuestas de Internet, y que ha querido ver a Belén alzándose con la victoria. Me atrevo a decir que es un público mayoritariamente femenino y de mediana edad. Espectadoras de Sálvame (todos lo vemos, yo veo sálvame, también) en su mayoría, que no tienen smartphone y votan por teléfono fijo para que les salga más barato. Son las señoras del Domo, ese clásico teléfono, sociológicamente representante de una generación dentro de determinada clase social. Ese público se ha gastado lo que no está en los escritos para hacer ganadora a Belén, y no se trata precisamente de personas a las que normalmente les sobre el dinero. Lo han querido así, y esto merece todos mis respetos.
A partir de aquí, todo lo que pueda decir este humilde cronista es papel mojado. Me hubiera gustado ver una entrevista a Aguasantas y a Coman parecida a la que han tenido otros concursantes, incluso que vieran juntos algunas de las imágenes que a muchos nos han enamorado de ellos dos. Que el miércoles me pareciera larguísima la entrevista a Fede y ayer corta la de estos dos me parece muy triste. Por lo demás, la fórmula de que las dos finalistas más votadas rindan cuentas antes de saber si son ganadoras o no tiene ventajas e inconvenientes, como todo. Una vez con el premio en la mano, el ganador puede tener la tentación de no dar cuenta de sus actuaciones, más o menos lo que temo que pueda pasar con Belén en dos o tres días. En ese aspecto es mejor esta fórmula. Pero dada la diferencia de peso entre Belén ‘Goliat’ y Aguasantas ‘David’, esta fue la mayor parte del tiempo convidado de piedra y mera espectadora de lo que estaba sucediendo. Y eso es mal.
Ni siquiera la celebración lució con las dos hinchadas ocupando la parte central del plató. Los familiares de Santi engorilados ante la derrota y Belén saltando como un mono, capaz de abrazarse hasta a un señor que pasaba por ahí. Luego vino el momento ‘dona e mobile’, con Belén dando la supuesta exclusiva de que donará su premio íntegro a cuatro causas. A saber: Sor Lucía, el padre Ángel, Cáritas y al hijo de una compañera que tiene parálisis cerebral. Salvo por la última causa, la veo de diócesis en diócesis las próximas semanas. O más tarde, que la ganadora de GH 15 aún no ha recibido lo suyo.
No había tal exclusiva dado que Belén lo había sugerido dentro de la casa. Y lo hizo de forma tan clarita que le faltó deletrearlo: “uve, o, y griega, a, de, o, ene, a, erre”. Más claro que esto, incluso. No una vez, creo recordar que fueron dos o tres, al menos. No pierde valor el gesto, aunque ‘no se vale’ presumir de no haber utilizado algo que sí se ha utilizado. Esta revelación fue tan previsible como la explicación dada por Belén sobre por qué ha participado en GH VIP. Claro que la vez que más concreta fue sobre esto fue precisamente después de hablar sobre Ángela en unos términos que, como explicó Jordi anoche, la productora del programa y el canal que lo emite decidieron no difundir. Es el famoso vídeo prohibido al que anoche hizo referencia Ángela. Muy mal eso de tirar la piedra y esconder la mano puesto que, cuando Jordi ofreció explicar de qué se trataba, Ángela prefirió que no lo hiciera, volviendo a negar información al público. Personalmente me hubiera gustado que dejase a Jordi levantar ese veto.
Confesó entonces Belén que en una pequeña parte influyó para que aceptase entrar en la casa el hecho de darle en la cara a todos aquellos que desconfiaban de su recuperación, especialmente una persona que estuvo en su entorno personal y su familia. Estaba claro que se refería a su anterior pareja. Anoche lo repitió casi milimétricamente, a excepción de lo de su ex. Por eso digo que tampoco es nada nuevo esto que ya había adelantado sobre las razones por las que aceptó ser concursante de este programa, aunque como siempre ha afirmado que esto es en una pequeña parte, siempre puede sorprendernos revelando cualquier día la parte grande. Espero que lo haga en el propio programa, ya sea en el debate del próximo domingo o en el de la semana siguiente, dos últimas citas que tendremos con los VIP.
La desventaja de haber sido mucho más protagonista que los demás está en cosas como que Belén tenía cuentas pendientes con casi todos, mientras que Coman o Aguasantas apenas se enfrentaron a Chari y el torero sin nombre, respectivamente. Lo de Chari no merece ni comentar, supongo que ella dramatiza contra Coman para hacerse unos platós, y no me cabe ninguna duda de que lo conseguirá. Fin de la cita. El torero estuvo correcto y conciliador, lo cual es de agradecer. Sus objetivos parecen nobles, lo cual destaca y brilla como una perla salvaje al lado de otros ya comentados.
Vi a Coman poco en forma, por lo cual nos perdimos momentos de creatividad apreciable, como cuando el día anterior decía que ante la inesperada expulsión de Fede había sentido una sensación en su cerebro como si tuviera un mono cazando un cacahuete con un tenedor. Y aunque parezca una bobada, a mí estas cosas tan absurdas, pero tan creativas a la vez, me ganan completamente. El Coman que saca de quicio a muchos también lo consiguió conmigo, para terminar empatizando con él y esa imaginación desbordante que muchas veces no aplica del todo bien, pero apenas nunca usa para hacer mal.
Si a Coman le vi desconcentrado, a Aguasantas apenas la vi, pero en la medida que se abrió hueco en medio del belenato que reinó la gala, me pareció apreciar cierta tristeza al observar algunas cosas en los vídeos que le iban poniendo. Especialmente con Ylenia, en quien todavía debía tener algunas esperanzas puestas, a pesar de haber sido testigo de la acusación en contra de ella. Me gustó que destacaran la sonrisa de Agüita. Imperdonable que este gato pasase por alto esto en mi fotomatón de ayer. Esa sonrisa es parte de la vida que Santi aportó a la casa, y por eso creo que merece ese segundo puesto que ella tanto detestaba. Mucho mejor ser segundo que cuarto, como Fede. O sexto, como su falsa amiga Ylenia.
Las cuentas pendientes de Belén daban para un programa entero, e imagino que centrarán los dos debates que vienen. A las dos más votadas les dieron a elegir sendos cochazos para salir de la casa y llegar hasta plató. Es de suponer que el trayecto intermedio lo hicieron en otro vehículo más ágil y mejor acondicionado. Un coche era blanco y otro rojo. ¿Adivinan cuál eligió Belén? El rojo, claro. Homenaje al teléfono de idéntico color que simboliza su trampa en unas nominaciones. Volvió a faltar a la verdad Belén, a buen seguro por mala memoria. “Le dije a Víctor lo de los puntos, pero a Ylenia y el torero solo que escogieran el teléfono rojo”, decía anoche, escudándose en eso para defender que no es una tramposa. Ya cedió un poco anoche y no negó el término, además de aceptar que con Víctor sí lo comentó. Pero faltó el vídeo en el que se ve cómo le explica al torero lo de los dos o tres nominados. Ella dice que no, pero es que sí. Estoy seguro de que se lo pondrán.
Lo de su falsa bajada de azúcar o que hiciera leña del árbol caído tras ser expulsada Olvido fueron otras de las cosas sobre las que le pidieron explicaciones, aparte de eso que no pudimos contar y Ángela no dejó tampoco anoche que se supiese. También se enfrentó a Ares, lo cual no le deseo ni a mi mayor enemigo porque sabe apuntar bien y pocas veces falla. Pero, como era de esperar, fue su polémica con Olvido lo que ocupó más tiempo en la gran final de anoche. Me da la impresión de que Belén es consciente de lo que hablaba Ángela aunque se hiciera la sueca. Pensé esto en cuanto la vi aceptando en seguida que seguramente su compañera de Sálvame tendría razón en sentirse dolida. Raro, raro. Por otro lado, con lo del azúcar aceptó su culpa de inmediato, diría que visiblemente avergonzada, y con Ares no solo la vi amable, sino también receptiva. Sin embargo, no dio un solo paso atrás con Olvido.
Vuelvo a decir que Belén no escucha y no ve más allá de sus narices. Su discurso ‘yoísta’, con infinidad de frases que comienzan con un “yo”, da muestras claras de ello. Por eso no es capaz de analizar con una pizca de desapasionamiento y objetividad algo que pasó hace ya dos meses. Si en lugar de Olvido fuera otra persona igual se hubiera mostrado algo más flexible. Pero con Olvido no. Al enemigo ni agua, debe pensar Belén. Anoche perdió su oportunidad de limpiar su imagen de las dos primeras semanas, en mi opinión la peor que le he conocido a la ganadora de este GH VIP. Una limpieza de imagen que hubiera sido mucho más eficaz que la conseguida donando el contenido del maletín.
Moleskine del gato
Solo agradecer a todos los que han seguido este blog su fidelidad y su compañía. También por los récords que ni siquiera he ido enumerando por pudor. Gracias a los que me ayudaron una vez más en este viaje, corrigiendo mis errores sin pedir nada a cambio, aportando ideas o esas creatividades gráficas que tanto me gustan. Hemos estado juntos desde septiembre. Como le decía Agüita a Coman, os voy a echar de menos.
Lo mejor de la gala final de GH VIP fue Gran Hermano 16. El vídeo que adelanta esa edición, con la sorpresa de un teléfono para el casting que una hora más tarde ya acumulaba más de 6.000 llamadas, fue todo un regalo que logró sacarme unas cuantas lágrimas. Y también unas sonrisas. No faltó de nada, un tiburón, una cebra, unas majorettes, y… ¿cómo no? Mercedes Milá.
Y por último, gracias muy especiales a toda la gente de Zeppelin y Telecinco responsables de este GH VIP que tan entretenidos nos tuvo y consiguió datos de audiencia tan estratosféricos, con Jordi González como cabeza visible. Sois muy grandes. Como diría Coman: “Enorme equipo”.
Nos vemos en una próxima cita. Tal vez en mitad de un océano lejano. Dejo cartelera, con Belén Esteban como Rocky. Y ya no estoy.
[Montaje por Montse Juanilla]