Montse, cansada de que nadie le diga qué está pasando con sus hijos, decide salir de la embajada y buscar ayuda ella sola. Sin embargo, no conoce bien el país y no es tan fácil siendo extranjero. Acude a un local donde parece que la iban a ayudar a ponerse en contacto con los yihadistas si les pagaba, pero acaban dándole una paliza.