Abuso sexual

La madre de una de las víctimas del organista pederasta: "Ha gozado de una impunidad absoluta"

Madre de una de las víctimas del organista pederasta en 'Vamos a ver'. Telecinco.es
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El pasado mes de abril fue detenido el organista de la catedral de Jerez de la Frontera, y además profesor del conservatorio de Jerez, por al menos una decena de denuncias acusándolo de abusos sexuales a menores. Entra en prisión por la gravedad de los delitos que se le imputan, pero tres meses después es puesto en libertad provisional, con medidas cautelares a la espera del juicio, tras haber pagado la fianza y porque el juez considera que no hay peligro de destrucción de pruebas. Los denunciantes aseguran la existencia de estos hechos desde 1992, aunque la primera denuncia consta en el año 2004.

'Vamos a ver' ha podido hablar con la madre de una de las víctimas: "Yo me entero a raíz de un comentario que hace mi hijo totalmente inocente en casa. Me dice: 'Pues a mí Ángel me hace masajes', y le digo: '¿En qué contexto te hace masajes?' Él se quedó un poco como diciendo 'ostras, he metido la pata'. Me dice que Ángel está muy cansado porque toca mucho el piano y el órgano, y necesita que le hagamos masajes. Él se los hacía en el cuello y en la cara, y Ángel se los hacía en el cuello, cara y espalda. Unido a que mi hijo tenía un móvil al cual yo le tenía puesto el WhatsApp (...) y el padre se dio cuenta de que este señor le ponía mensajes a altas horas de la noche", explica sobre cómo se enteraron de lo que ocurría.

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"Este señor no es una cosa puntual, para nada. Es que las últimas denuncias son de marzo de este año. Ha sido a lo largo de toda su vida docente. Las primeras fechorías las hizo en el conservatorio de Sanlúcar de Barrameda, en el año 1992", añadía sobre el peligro de que esté fuera por si lo vuelve a hacer.

"Mi hijo tenía mucho interés en ir a las novenas del Carmen, y entonces, como sabíamos que podía rondar la zona, y este hombre tiene una orden de alejamiento de mi hijo de 300 metros, llamé a la policía y se lo dije (...) y fue mi hijo el que tuvo que renunciar a ir por si este hombre estaba allí", explica el miedo con el que viven ahora por si su hijo se vuelve a cruzar con el organista.