Los supervivientes confiesan qué está siendo lo más difícil de la convivencia tras la unificación: ''Es una locura''

Hace poco más de una semana, con la llegada de Terelu Campos a Honduras, los supervivientes conocían la noticia de la esperada unificación, la hermana de Carmen Borrego abría un pergamino y avisaba a sus compañeros: ''Calma y Furia desaparecen para siempre y desde este momento nace Playa Magna".

En esta nueva playa, los concursantes viven unificados por primera vez desde hace meses y así pasarán la etapa final de la aventura, pero ¿cómo están viviendo en sus propias carnes la unificación? ¿Cuál es la parte más difícil de la convivencia? En este vídeo exclusivo de la web nos contestan ellos mismos.

Pelayo es el primero en responder y cuenta qué es lo más difícil para él: ''Nos encantan las almendras a todos, y siendo tantos buscar almendras para compartir se está convirtiendo en una tarea ardua tarea, pero lo estamos consiguiendo, estamos rebuscando''.

Para Makoke lo más complicado es ''ponerse todos de acuerdo'', tanto en las votaciones como en el tema de la comida: ''Que si una lata, que si arroz, ponemos de acuerdo tanta gente es una auténtica locura'', algo querer también es difícil para Damián: ''La repartición de comida es muy escasa, el hambre crea conflictos, peleas y demás''.

En cambio, para Escassi la unificación solo ha traído cosas buenas: ''Estamos mejor con la convivencia, es mucho más fácil siendo más, estamos más repartidor, tienes gente para estar todo el tiempo hablando con uno y con otro''. Anita también piensa como Escassi, pero se moja y admite que lo más difícil es ''el reparto de la comida''.

Borja confiesa que quiere que ''empiece a irse gente'': ''Para votar, para repartir, quiero que empiece a irse gente para que empiece a ser más fácil todo'', y Montoya tampoco lo lleva muy bien: ''Esta playa es muy escueta, parece que estamos en una discoteca, pegados y no tenemos esa tranquilidad''.

Por su parte, Carmen Alcayde cree que la unificación es ''una locura'' y explica los problemas que hay con el reparto de la comida y las decisiones de qué latas abrir. Álex, al igual que Escassi, cree que la unificación ha sido para bien: ''He visto que la gente intenta ser un poquito más cordial, los espacios, somos más y es más reducido, pero creo que la unificación nos ha sentado bien a todos y estamos con muchísimas ganas de llevarnos bien, aunque hay roces''.