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Auge y caída de Íñigo (y de Edurne, un poco)

En pocos días Íñigo y, en alguna medida, Edurne han pasado de ser los favoritos indiscutibles de muchos a estar entre los más cuestionados. Ya no irradian carisma y energía positiva, sino más bien lo contrario.

Íñigo y Edurne en actitud cariñosa. telecinco.es

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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Me puedo equivocar, pero creo apreciar un cambio en la opinión sobre Íñigo y, en cierta medida, también respecto a Edurne. Ambos lograron en un principio el favor de una parte importante de la audiencia. No solo hacían una buena pareja, también las personalidades de ambos parecían atractivas. Íñigo aparentaba sensatez, seguridad y dominio de la situación. Era un candidato a ganador desde el minuto cero. A ambos les benefició mucho pasar la primera semana en la pajarera, ese lugar que esta noche cerrará definitivamente. Ya en la casa la relación entre estos dos concursantes iba a buen ritmo, ni demasiado lento, ni con prisas desmedidas. Seguían teniendo el viento a favor.

¿Qué les ha hecho perder ese favor por parte del público? Individualmente y como pareja ahora corren vientos bien distintos. Diría que han perdido su ‘mojo’ (como dicen en la película ‘Austin Powers’), especialmente Íñigo, como digo. Ese carisma, su magnetismo y la energía positiva que irradiaba se ha tornado en todo lo contrario. Hoy le veo gruñón, egoísta, taimado y sin chispa. Siento si parezco demasiado duro, pero repito que no estoy solo en esto. Por su parte, Edurne sigue siendo la concursante alegre y despreocupada que hemos conocido, pero algunos de sus comentarios nos han descubierto una personalidad oculta hasta el momento. Ahora gusta algo menos, también. En cuanto a la pareja se empieza a intuir algo de artificiosidad, como si no les viniera de sorpresa la relación.

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Puede que sean expertos en gestionar sus emociones. También que no haya emoción alguna. El caso es que sus tiras y aflojas parecen no tenerles preocupados. Es como si tuvieran la seguridad de que al final sucederá lo que debe suceder y solamente estén esperando el momento adecuado. A Íñigo le molestó (¿dime qué no le molesta?) que Joon le describiera como alguien con una vida ordenada, con todo controlado. Así lo parece, aunque ya dije en mis segundas impresiones que esa apariencia podía ocultar muchas dudas y algún complejo. En realidad, también dije de Edurne que es prudente y ahora no me lo parece en absoluto.

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Mejor dejar que Íñigo siga perdiendo crédito

Aunque parezca contradictorio con lo dicho, no me gustaría que se fuera Íñigo todavía. Mucho menos Edurne, por supuesto. Como me ha pasado en otras ocasiones, me gustaría ver como van perdiendo crédito hasta despertar el deseo mayoritario de su expulsión. Quiero que se le caiga la careta a Íñigo, como dijo él de Joon respondiendo un comentario bastante amable, en general. Nada de lo que le dijo este era para despertar una vez más su desabrida reacción, salvo cuando pidió a Edurne que dejase la relación. Posiblemente sonara a todos como a una broma, salvo a Íñigo.

Los odios africanos de Íñigo se concentran en Joon, Cristian, Desi y Rocío. En esta última coincide con él Edurne, que la considera “más mala que el veneno”. Con menos vehemencia, tampoco habla bien de Belén, Aquilino, Paula o Mamadou. Con Raúl es distante, a Patricia no termina de tragarla y Aroa dejó de preocuparle porque la da por expulsada más pronto que tarde. Además, piensa de Diego que se ha cargado su concurso y empieza a criticar a José Manuel por ser poco equitativo con la comida, ya sea en los repartos o con el criterio sobre quién puede picar entre horas. Veremos si no carga sus misiles contra Edurne en algún momento. Va camino de salvarse solo él mismo de su particular criba.

He mencionado dos asuntos en los que veo una diferente vara de medir y hasta una contradicción en Íñigo y en otros concursantes. Uno es lo de decir que Aroa “tarde o temprano… es cuestión de tiempo”. Obviamente se refería a que no va a durar mucho en la casa. El mismo Íñigo calificó de sobrado a Joon por decir algo muy parecido sobre Diego el lunes durante los posicionamientos. “Diego más tarde o más temprano va a caer”, aseguró Joon. A Íñigo se sumaron otros en la crítica por esto, entre otros Diego, el más interesado. ¿No es cierto que Joon dijo de Diego lo mismo que Íñigo de Aroa? ¿Cuál es la diferencia? Ninguna.

La otra contradicción es sobre José Manuel y la valoración que hacen algunos de su tarea en la cocina, compartida esta semana con Rocío y Desi. Aunque hagan de comer los tres, José Manuel sigue controlando la despensa, incluso después de haberse repartido la comida de manera individual, algo que siempre me ha parecido un error y de lo que hablo en el vídeo del Moleskine de hoy. Lo que me parece poco justo es que dejen a otros enfrentarse a José Manuel haciéndose los suecos, o lo que es peor, defendiendo a este compañero, pero luego ellos critiquen esas mismas cosas en petit comité. Cuando digo ellos me refiero a Íñigo (otra vez), Edurne, Jonay y Almudena. Se salva Patricia porque está en la pajarera y Diego porque desde que está nominado no se sabe bien dónde está. Lorena ni está ni se la espera.

No paran de hablar de nominaciones

Ya me llamó la atención que pocos días después de entrar estuvieran haciendo planes sobre a quienes nominarían. Pero lo de ahora es otra cosa. Si entonces eran comentarios ocasionales, ahora es un clamor. Todos, o casi todos, hablan del tema y aunque no haya visto a nadie pactar o sindicar sus votos, lo cierto es que solo diciendo la elección propia o pidiendo que se nomine a un determinado compañero se está intentando mantener una estrategia común, en alguna medida. También si enumeran sus intocables, que viene a ser como cambiar la oración a pasiva. Eso sí, que no digan muchos intocables porque para Íñigo no se pueden tener tantos. Manías.

Hablando de intocables, a veces alguna lista experimenta cambios que no dejan de llamar la atención. Lo digo porque Edurne dijo primero esta misma semana que sus intocables eran Jonay, Almudena, Íñigo y Joon. Ahora bien, uno o días más tarde, no sabría precisar, la escuché decir que son Almudena, Íñigo, Jonay y Patricia. El orden de los factores no altera el producto, pero no es necesario se muy observador para darse cuenta del intercambio entre Joon y Patricia. Espero que no haya sido para evitar disgustar a Íñigo, dado que tiene a Joon entre ceja y ceja.

De lo mucho que se ha podido escuchar sobre las posibles elecciones de unos y otros me han llamado particularmente la atención algunas cosas. Lo primero es que Joon esté posicionado claramente junto al grupo que podríamos definir como el de Aroa. No me digas más, ahora le criticarán por definirse cuando llevan desde el principio censurando que no lo hiciera. Sobre Aroa me da la impresión de que en el otro grupo están haciendo creer que no la van a nominar, pero al final le lloverán los puntos. Ya comenté como varios dijeron que no iban a nominarla para luego desdecirse.

Pero cuando vayan a nominar serán uno menos, quedando tan solo 17 personas en la casa de Tres Cantos. Solo por ver el humor de Íñigo me parece extraordinariamente más atractivo que salieran Diego o José Manuel. Además, Belén me sigue haciendo mucha gracia y ha demostrado en poco tiempo ser más discreta y leal que muchos. Sonará a lugar común, pero quiero ver las caras cuando regrese esta concursante de la sala de expulsión.

Moleskine del gato

Paula detalló hablando con Rocío una historia sobre cómo comenzó la relación con su novio que bien podría ser argumento de una novela, eso sí de Ediciones Paulinas. A ver si recuerdo, estaba en la parroquia de un campamento y justo cuando se arrodilló a preguntarle al señor “que quería de mí” se le acercó un niño y le puso al cuello un rosario. Resulta que ese rosario se lo había quitado ese niño al actual novio de Paula. El remate de la historia es que el rosario en cuestión se lo había dado otro niño al novio de Paula diciéndole que la traería el amor. No tiene desperdicio la historia.

Patricia ha intuido que la pajarera tiene las horas contadas. Cree que la van a cerrar la próxima semana, pero en verdad será clausurada para siempre esta misma noche. Me parece una buena decisión. Este tipo de iniciativas deben durar las dos o tres primeras semanas nada más. Ya cumplió su misión. Además, se van a llevar un chasco quienes preveían luchar por vestir uno de los dos disfraces de pájaro durante los próximos siete días. Ignoro si seguirá habiendo inmunidad, pero si es así habrá de decidirse de otro modo. Y, a decir verdad, tampoco es necesario que la haya.

La tanda de nominaciones que tendrá lugar esta noche promete ser de las que me gustan. Dame un dilema en Gran Hermano y me harás feliz. De entre las novedades introducidas en el programa las últimas ediciones está es, con diferencia, mi preferida. Tendrán que elegir entre ambición o compañerismo. Me relamo.

Pues eso, que esta noche tenemos una fiesta, con Jorge Javier Vázquez como maestro de ceremonias. La expulsión de Diego, José Manuel o Belén; las nominaciones de los dilemas; el cierre de la pajarera y muchas cosas más nos esperan. Como fiesta, va a ser mejor que las de los Javis (cuando las hacían).

[Todas las imágenes de este texto han sido capturadas por el autor]