La reacción de Jesús Calleja al descubrir la casa semiderruida de Félix y Martín: "No está en condiciones para vivir"

En la nueva entrega de 'Volando voy, volando vengo', Jesús Calleja se ha trasladado hasta Huerta de Arriba, en plena Sierra de la Demanda, en la provincia de Burgos. Su misión era la de colaborar en el reacondicionamiento de la semiderruida vivienda de Félix y Martín, dos hermanos con pocos recursos y gran corazón.

Su sobrina ha sido la encargada de contarle a nuestro presentador la situación: llevan toda la vida trabajando y ayudando a la gente, pero su economía no les ha permitido nunca aspirar a algo mejor.

Sin pensárselo dos veces, Jesús Calleja y su equipo se ponían manos a la obra. Y, tras conocerles en un de las plazas del pueblo, se dirigían a su casa para ver cuál era el punto de patida. Ellos le abrían las puertas con total confianza y le hacían un señor tour: "Este es el portal, ¡y mira los chorizos!", comenzaban.

Jesús se quedaba alucinado con los embutidos colgando en el recibidor: "¿Es normal que te reciba un chorizo al entrar en casa? ¡Es el hall más curioso que he visto!", bromeaba.

Así estaba la casa de Félix y Martín

Acto seguido, pasaban a enseñarle la cocina, unida con un estrecho salón: "Salón cocina, veis la tele te lado. Está todo como alargado y pequñín", decía Jesús. A continuación, le enseñaban su habitación, en la que duermen los dos en dos camitas. Eso sí, Félix y Martín agradecen los buenos momentos que viven compartiendo cuarto: "Por la noche a veces nos reímos solos. Si me quitan a mi hermano, me quitan más de media vida".

Tras ver el baño, que era lo único que faltaba de la planta baja, subían a la planta de arriba. Y era ahí donde Jesús alucinaba con el estado de la vivienda y la temperatura: "Si es que falta suelo... Esto no está ni en condiciones para vivir, y aquí se ha caído el suelo... Y esto no lo usáis por el frío que hace aquí, claro", decía tras recorrer toda su casa dispuesto a ponerse manos a la obra junto a su equipo.