La primera denuncia que interpuso Virginia fue después de “una de las peores palizas”. “Solo recuerdo mucha sangre. Puñetazos, patadas, bofetones… donde te pillara. Mi hija asustada, pudo ser testigo en primera persona de lo que me pasaba. Llamé a mi padre y era la primera vez que yo le decía que me había pegado, él no sabía nada”, ha dicho sobre aquel momento. “Las palabras las recuerdo: Daros prisa, no tardéis, que me mata. Es muy duro porque no sabes si cuando llegues ahí mi hermana va a estar”, ha confesado su hermano Ignacio. Otro día marcado en la vida de Virginia es el 5 de enero. La noche de Reyes, Alberto les obligó a ella y a sus dos hijos a bajarse del coche. En medio de la nada y bajo la lluvia, tuvieron que andar hasta conseguir dar con una gasolinera, donde avisó a su hermana para que les fuera a recoger. Gracias a su familia, sus hijos pasaron una noche de Reyes maravillosa.