La inspectora Ledesma arriesga su vida pero consigue su objetivo: la desaparición de Lidia llega a su fin

  • Sonia ha conseguido localizar a la hija de Román

  • Al llegar al lugar en el que se encontraba, su seguridad ha pendido de un hilo

  • Nano Reyes y Spider, el sicario de los hermanos, también estaban allí

Sonia Ledesma ha trabajado noche y día con un único objetivo: el de resolver la desaparición de Lidia. La inspectora ha llegado a arriesgar incluso su vida con la intención de localizar a la joven y acabar así con el sufrimiento de su padre, Román.

Tras infinitas horas de investigación y de continuos baches en el camino, Sonia consigue aquello por lo que tanto se había esforzado. Todo el dispositivo con el que contaban para resolver el caso le da la pista clave.

Ledesma no lo duda dos veces y se dirige inmediatamente al lugar en el que todo al fin puede acabar. Se trata de un centro comercial en construcción a nombre de la madre de los hermanos Reyes. Al llegar, descubre que todo va sobre ruedas pero no va a ser fácil. El coche de Nano Reyes está en la puerta.

Y es que, en efecto, Nano Reyes se encuentra allí. Y no está solo. Spider, su sicario y quien tantas veces había dado avisos a Sonia, está con él. Sonia se convierte en testigo de cómo Nano apunta con una pistola a Spider y le amenaza de muerte y es ahí cuando decide intervenir.

Spider se revela contra Nano Reyes

Spider le quita el arma a Nano y le reduce. Sonia aprovecha para preguntarle dónde está Lidia. Tras un intenso forcejeo, Nano termina confesando. Le dejan esposado a una tubería y salen corriendo: la joven está allí. La inspectora enseguida la acoge y la arropa con su chaqueta.

Lidia se encuentra en un estado en el que tendrá que ser atendida en el hospital. Pero, cuando ya están juntas y tratando de abandonar el lugar, el sonido de un disparo avisa de que todo puede volver a cambiar.