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Desde que Morey llegó al barrio de El Príncipe para convertirse en el nuevo jefe de la comisaría, la atracción que siente el uno por el otro es evidente. La detención de Faruq y la posterior paliza que una niña recibe por defender a la hermana pequeña del narcotraficante, hacen enfurecer a los jóvenes de la barriada de El Príncipe. Con palos en sus manos y muchas ganas de vengarse de la policía, los jóvenes tratan de alcanzar a Morey y a Fran. El barrio es un auténtico laberinto para el recién llegado a la comisaría, que habría sido alcanzado de no contar con la ayuda de Fátima, con la que las miradas y gestos de complicidad hacen presagiar que lo suyo será más que una simple realción de interés.










