La alternativa: el consumo responsable

DÉBORAH ABIZANDA 13/06/2008 13:50

El ocio, las relaciones sociales e incluso familiares se basan a menudo en el consumo. La compra de televisiones de plasma, móviles, ropa a la última, comida a espuertas, casi para almacenar, productos cosméticos, etc, están a la orden del día. No hay conversación en la que se escuchen cosas como 'yo me he comprado esto y lo otro', 'qué barato me ha salido' o 'he aprovechado tal o cual oferta'. Sin embargo, la gran mayoría de las veces ni te hacían falta ni satisfacen necesidad o interés alguno. Es el derroche por el derroche.

Sólo cuando se vislumbra un balanceo de las economías, en el plano mundial, es cuando reflexionamos. A pesar de las miles de personas que mueren de hambre y enfermedad, cuando se toca nuestro bolsillo, reaccionamos. Sin embargo, siempre estamos pensando en medidas globales cuando tal vez lo más eficiente e inmediato sea actuar desde nuestras casas, ahorrando recursos energéticos y utilizando el dinero con cabeza.

Así, Greenpeace ofrece algunos consejos. Aislar bien los hogares con sistemas de doble ventana, utilizar bombillas de bajo consumo, que aunque más caras en un principio, duran muchísimo más que las convencionales. Apagar, siempre que no estén utilizándose, los aparatos electrónicos. Por ejemplo, que nunca esté el 'botoncito' de la televisión presionado si no se está viendo. Por otro lado, en los grifos puede utilizarse un regulador de agua. Reduce el caudal de agua de salida sin influir en la presión.

A la hora de comprar un frigorífico, que al ser un aparato que está encendido 24 horas al día es el que más consume, fijarse siempre en las especificaciones que lleve la etiqueta A++. Es el que menos energía consume. Además, si llevas incorporado la tecnología 'Greenfreeze' te aseguras de que no emite gases tóxicos a la atmósfera.

Por supuesto, en cuando a calefacción y calentamiento del agua, lo ideal sería utilizar energía solar. Más aún cuando vivimos en un país en el que nos 'sobra' el sol. La instalación de placas solares puede resultar cara en un primer momento, pero es una inversión, ya que no tendrás que volver a pagar un recibo de gas en tu vida. Incluso, si se obtiene más energía solar de la que se utiliza, el Estado te la compra. Ni que decir tiene que siempre hay que reciclar y reutilizar. Par esto último, evitar alimentos que vengan en bolsas individuales, productos de usar y tirar, mini envases (optar por los de más capacidad), etc.

La alimentación

Aquí es precisamente donde los consumidores estamos viendo peligrar nuestros bolsillos. Los alimentos han subido tanto de precio que resulta complicado llevar la cuenta con la cesta de la compra. Aunque este es un terreno pantanoso, existen también pequeñas recomendaciones que pueden ayudarnos a llegar a fin de mes. Lo primero que se puede hacer es optar por la comida casera siempre que se pueda. Evitar comer fuera (a menudo, la gente come a diario fuera de casa por motivos de trabajo cuando sería más económico, y sano, traerse comida de casa) y consumir menos productos precocinados. Las pizzas, lo canelones, los bizcochos, e incluso el pan puede hacerse en casa. Es cierto que requiere tiempo, pero todo es ponerse. Al final, es mucho más sencillo y rápido de lo que uno piensa. Ganarán el bolsillo y la salud.

Por otro lado, en relación a los productos frescos, es importante escoger productos de temporada, que siempre serán más baratos ya que, al coincidir en fecha con su recolección, hay más en los supermercados. Además, se cuida el medio ambiente. Por otro lado, al optar por la agricultura ecológica y los productos de comercio justo, colaboras con los pequeños productores y los territorios e economía deprimida. Además, la calidad y el sabor de estos no tienen discusión: son mejores. Otra opción, especialmente para la fruta y la verdura, es inscribirse en una cooperativa de agricultores o distribuidores de productos ecológicos. Cada cierto tiempo (una semana, quince días...), puedes tener en tu casa una caja con productos de temporada a buen precio. El proceso se automatiza para recibirlo siempre.

Como medida inmediata al problema de la gasolina, Mario Picazo aconseja hacer como en otros países: reducir el límite de velocidad. Por supuesto, optar por el transporte público y, de nuevo, por otras energías, son otras opciones. El famoso coche eléctrico, desarrollado y comercializado en EE.UU, como bien recrea el documental 'Who killed the electric car'?, debería ser su apuesta de futuro en todos los países. Implicaría cambiar, por completo, la industria del automóvil. La pregunta es, ¿estarán dispuestas la grandes empresas a realizarlo? Todo es cuestión e conciencia.