Este programa ha mostrado lo más parecido al diario de un monstruoso asesino. Patrick Nogueira, el asesino de Pioz, envió a un amigo brasileño varios mensajes de WhatsApp durante el asesinato y el descuartizamiento de sus cuatro primos y sobrinos.
Los mensajes, que los nueve miembros del jurado, pudieron escuchar a petición de la Fiscalía, constituyen el relato del cuádruple crimen que realizó el propio asesino. Este programa ha obviado los mensajes más escabrosos y explícitos del cuádruple crimen que cometió en Pioz.
Los mensajes de Patrick comienzan cuando ya ha acabado con la vida de su tía y los niños, de uno y cuatro años. "Ahora llega el mejor momento: el descuartizamiento. He dudado de mí mismo, pensé que me daría algo, pero me convencí de una cosa: yo soy un enfermo de verdad", dice.
En su relato, el asesino de Pioz no muestra ningún arrepentimiento ni palabras de compasión. "Me estoy sintiendo a bajo nivel, porque yo no tengo prejuicios". "El niño de un año hablaba algunas palabras, pero ahora no habla nada", responde a su interlocutor cuando éste le comenta que no sabía que los niños eran tan pequeños.
El amigo de Patrick le anima y bromea mientras el asesino sigue con sus terroríficos comentarios y analiza cómo se siente: "Hace unos días pensaba que iba a vomitar, pero he empezado riéndome. Pensé que iba a cambiar algo en mi vida. Pensé que me iba a sentir más vivo".
Patrick Nogueira cuenta los crímenes con todo lujo de detalles y deja entrever que disfruta con el momento. Además, muestra dos preocupaciones: el encubrimiento y que su amigo no deje de quererle. "Estoy feliz de que no te importe. Tenía miedo de que me dijeras: "Boy, se acabó". Temo perderte, pero no podía dejar de comentarlo contigo". "JAJAJAJAJA, Patrick el asesino", le responde su amigo Marvin".
En la segunda parte de los mensajes de WhatsApp que el acusado de asesinar a sus primos y sobrinos en Pioz, Patrick explica qué tiene pensado hacer con los cuerpos y su plan de escapar de la policía sin levantar sospechas.
"Estoy entre sin que nadie me vea y dejo los cuerpos ahí o intento enterrarlos. Por lo menos hice todo con guantes, no hay huellas. Tengo 27 días o 23. Si pudiese enterrarlos bastaba con huir, que solo de aquí a algunos años alguien los desenterraría", comenta el asesino.
Sin embargo, poco más tarde, Patrick Nogueira piensa en otro plan para deshacerse de los cuerpos de las víctimas. "Boy, estoy pensando una cosa: alquilar un coche, coger las bolsas y enterrarlas fuera de Madrid. ¿Qué opinas de esto? Porque si nadie encuentra los cuerpos, tampoco ha pasado nada. Así va a parecer que ellos se fueron para no pagar porque ahí cerca de madrugada no hay nadie. Ahí es fácil, yo creo que es mejor. Ay, yo qué sé. Qué comedura de tarro tengo en la cabeza...", le comenta a su amigo.
Después de cenar una pizza delante de los cadáveres, el psicópata le confiesa a su amigo su preocupación por la futura investigación de los crímenes. "Vas a ver, va a ser una locura porque es una ciudad con 3.000 habitantes y va a aparecer gente descuartizada en una sala. Al menos mi tío tenía deudas. Voy a hablar con el dueño del apartamento de aquí a unos días y pedir que él conceda unos días más a mi tío para pagar el alquiler a finales de septiembre y decirle que él debe dinero al usurero".