El crimen del concejal de Llanes podría estar más cerca de esclarecerse. Los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, especializados en resolver crímenes, han llamado a declarar a los 20 trabajadores del Ayuntamiento del municipio asturiano que mantuvieron desencuentros con el concejal de Izquierda Unida.
El concejal Javier Ardines mantenía desavenencias que varios trabajadores del ayuntamiento por apoyar una oferta pública de empleo. En el ayuntamiento trabajaban muchas personas interinas, algunos llevan más de dos décadas con su puesto de trabajo provisional sin que se cubriera esas plazas en oposiciones públicas. Aunque se mantienen todas las hipótesis abiertas sobre el asesinato, los investigadores centran ahora sus pesquisas en los trabajadores del ayuntamiento de Llanes, en Asturias. Además de revisar las anteriores declaraciones de los trabajadores, los agentes también han vuelto a pedir declaración al entorno más cercano de Ardines, informa Ángel Moya.
Los agentes que llevan el caso no han conseguido encontrar hasta el momento el arma con el que se cometió el homicidio tras desbrorzar los caminos de la zona en la que el concejal fue asesinado, próxima a su casa. Ardines murió por los golpes recibidos en su cabeza con un objeto contundente y romo. Además, las pruebas de ADN encontradas tanto en el cadáver como en las vallas que utilizaron les hace sospechar que el asesinato fue llevado a cabo por tres personas.
La reportera de 'El programa del verano' ha explicado un tenso momento que ha vivido con una trabajadora del ayuntamiento de Llanes durante la publicidad. Después de informar de que los investigadores de la Guardia Civil que investigan la muerte de un concejal en Llanes han centrado sus pesquisas en los trabajadores del ayuntamiento, una trabajadora del consistorio se ha acercado a la periodista Noelia Otero para criticar su trabajo y le ha comentado que no siente la muerte del concejal asesinado. "Le he dicho que entiendo que estén los ánimos caldeados y hemos querido puntualizar que todos estén compungidos por la muerte y me ha contestado que ella no estaba compungida y que lo único que le molesta es que se hable de los trabajadores de aquí", explica la reportera.
Antes de ser asesinado, Javier Ardines escribió para la web del Ayuntamiento su autobiografía donde hablaba sin tapujos. El concejal de IU recogía en esta autobiografía que quería que “el Ayuntamiento dejara de ser un lugar de barrigas agradecidas”. De su texto se desprende que Ardines era una persona de fuerte personalidad y convicciones, lo que pudo molestar a algunas personas.