Exclusiva: Los audios que probarían nuevos delitos por parte de los docentes a la niña con autismo de Sevilla

  • Los audios reflejarían un presunto maltrato físico por parte de las denunciadas

Gritos constantes y una actitud desafiante que raya la amenaza, son nuevas evidencias del trato vejatorio que ha tenido que soportar la menor con autismo de un centro público sevillano. 'El Programa del Verano' ha accedido en exclusiva a las cinco horas que registró la grabadora escondida en su mochila. Nada más llegar al centro, la pequeña es castigada al 'rincón de pensar', donde continúa donde un largo periodo de tiempo. A pesar de que su madre había comunicado a las profesoras que una nueva medicación le daba hambre, las docentes hacen caso omiso a la niña cuando pide su fruta. Al daño psicológico se suma ahora la denuncia por maltrato físico. Los padres piden que se investigue si estos moretones en los brazos de la niña, fechados solamente cinco días después de la grabación, fueron consecuencia de los zarandeos de las profesoras. El forense se ha negado a ver a la niña y los padres temen que se archive el caso. Mientras, tanto ella como otros dos compañeros de clase ya han abandonado el centro.

Madre de la menor con autismo: "Yo sabía que las marcas en el brazo estaban hechas por un adulto"

Después de que la familia de la menor con autismo de Sevilla ampliasen su denuncia a las cuatro docentes por maltrato físico, 'El Programa del Verano' ha podido hablar con la madre de esta pequeña: "Empiezas a analizar cosas y yo sabía que esas marcas que tenía la niña tenían que haber sido hechas por un adulto. Pensamos que los ataques epilépticos se producen por el estrés y la ansiedad. Las grabaciones son solo de un día y no creo que justo yo tuviese tanta puntería. Es importante recalcar que los niños con autismo tienen dañado el oído medio y los gritos les producen ansiedad y dolor", ha contado. Además, nos ha explicado cómo estas profesoras le negaban la comida que necesitaba: "Un medicamente le producía ansiedad a mi hija y le abría el apetito, por eso necesitaba comer. Yo lo comuniqué en una primera tutoría y les dejé una bolsa de galletas y otra de fruta. La niña pidió comer y ellas siguen hablando de cosas personales y le niegan todo".

Sobre cómo se encuentra la menor, la madre se ha mostrado positiva: "Lleva desde el 23 de abril sin ir al colegio y la niña ha cambiado por completo. Las docentes, en cuanto se enteraron de lo que había pasado, se dieron de baja y siguen así. Una de ellas se ha presentado para las oposiciones de educación especial. El colegio no se ha puesto en contacto con nosotros ni para disculparse ni para ver cómo está mi hija. Mi hija está feliz en su nuevo colegio, aunque le han quedado secuelas. Ahora es otra niña, es feliz y está más gordita".