Exclusiva: Patricia Aguilar no fue la única víctima del líder de la secta peruana en España

telecinco.es 20/08/2018 11:30

Patricia Aguilar, la joven captada por el líder de una secta de Perú, no fue la única víctima española que Félix Steven Manrique intentó captar. 'El Programa del Verano' ha tenido acceso en exclusiva al sumario del caso que revela que una menor de edad del País Vasco podría haber mantenido conversaciones con Patricia en torno a la captación y a la sumisión hacia Manrique.

La policía tendría una grabación de audio en la que esta joven guipuzcoana mostraba su sumisión al líder de la secta: "Me entrego a tí, Príncipe Gurdieff, ingresa en mí", decía la menor. El perfil de esta joven es similar al de Patricia Aguilar. Su entorno la define como una chica inteligente, madura y con mucha personalidad. "La definieron como excepcional", se apunta en el sumario del caso. Durante la entrevista con la policía, la joven guipuzcoana se mostró cerrada ha hablar sobre Félix Steven Manrique y restó importancia a las conversaciones que mantenía con él. Sin embargo, reconoció que el líder de la secta peruana la llamaba "mi esposa".

Los investigadores se dieron cuenta de que intentaba ocultar cualquier vínculo con Manrique y sus contradicciones la delataron al reconocer que había enviado una foto de su rostro al captor aunque había dicho anteriormente ante sus padres que no le gustaba que la fotografíen. Félix Steven Manrique la intentó captar a través de Facebook. La joven protege a Manrique incluso cuando la policía le pide acceso al ordenador y se niega a que lo requisen.

Esta joven que tiene 14 años se libró de ser captada gracias a que el caso de Patricia Aguilar saltó a los medios de comunicación, lo que hizo que Steven Manrique desapareciera de las redes sociales.

Por otro lado, Alberto Aguilar, padre de Patricia ha contado, en primera persona, cómo fue el reencuentro con su hija. Es el relato de un padre coraje que ha contado cómo se emocionó cuando se enteró que habían encontrado a su hija y que era abuelo. Asimismo, Alberto ha apuntado que tuvo que esperar una semana y media para encontrarse con su hija y al verla “se me llenaron los ojos de lágrimas. La abracé y me senté a su lado”. “Patricia me dijo que quería volver a España, que quería un reloj, comer turrón de yema tostada y un kebab”, cuenta.